Frutos advierte del daño que los "Diablos Rojos" pueden causar a Argentina

Bruselas, 3 jul.- El argentino y exjugador del club belga Real Sporting Club Anderlecht, Nicolás Frutos, ha advertido hoy del daño que la selección belga puede causar el próximo sábado al conjunto albiceleste en el estadio Mané Garrincha de Brasilia.

El jugador argentino, que entró a formar parte del Anderlecht en 2005 y que tuvo que dejar definitivamente el mundo del fútbol en 2010 por un cúmulo de lesiones, dijo en una entrevista al diario "Le Soir" sentirse "contento de que los belgas hayan llegado tan lejos", pero que sus compatriotas argentinos "quizás no lo estén tanto".

Frutos recordó que ninguna nación europea ha conseguido nunca imponerse a un equipo latinoamericano en las siete ediciones que se han celebrado en ese continente americano.

No obstante, alertó de que Argentina se enfrenta en cuartos de final "a un adversario que podría hacer mucho daño".

La selección argentina afrontará el sábado el desafío de superar los cuartos de final ante los "Diablos Rojos" de Bélgica, una barrera que no cruza desde hace 24 años.

En cuanto a los jugadores de la selección belga, Frutos destaca al integrante del Everton, Lukaku, del que resalta su potencia y "una fuerza increíble" y afirma que "si él fuese el seleccionador belga, no dudaría ni un solo segundo en incluirlo".

Tras la suspensión de Marcos Rojo, la defensa argentina "ha perdido aún un poco más de la poca robustez que tenía" y éste "es realmente el punto débil de este equipo muy creativo y buen jugador", ha afirmado el argentino.

En el equiop albiceleste, Frutos resalta el papel de Messi, al que compara con lo que fue en su día Maradona y del que dice ser "un jugador fuera de lo común que hace que el equipo argentino continúe siendo favorita".

Para el exjugador del Anderlecht, Messi es "la gran fuerza de Argentina".

Al partido de este sábado, está previsto que acudan en apoyo de los "Diablos Rojos" el primer ministro belga, Elio Di Rupo, junto con los viceprimeros ministros Pieter de Crem y Didier Reynders.