Antiviolencia no vio riesgo en el Atlético-Sevilla, aunque tenía fichados a sus ultras

  • Según la Comisión Estatal contra la Violencia en el Deporte, tanto el Frente Atlético como los Biris Norte están considerados como muy peligrosos. 
Frente Atlético
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El último episodio de violencia en el fútbol, en el que un hincha del Atlético de Madrid de 22 años ha resultado herido grave tras recibir tres puñaladas en las inmediaciones del Wanda Metropolitano, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema al que se enfrentan los equipos con los sectores más radicales de sus aficiones. Un problema que, tal y como desvelan fuentes policiales, está muy lejos de terminar y que, por el contrario, ha sufrido un repunte en los últimos cincos años.

Según la Comisión Estatal contra la Violencia en el Deporte, más conocida como Comisión Antiviolencia, existen seis grupos 'ultra' calificados como violentos y muy peligrosos en Primera División: Frente Atlético (Atlético de Madrid), Riazor Blues (Deportivo de La Coruña), Biris Norte (Sevilla), Malaka y Frente Bokerón (Málaga) e Iraultza (Alavés). Además, en Segunda División se encuentran los grupos Avispero y Ligallo Fondo Norte (ambos del Zaragoza) y Jove Elx (Elche), en Segunda B.

El Atlético-Sevilla no estaba declarado como de alto riego. Según la Ley Contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, "la declaración de un encuentro como de alto riesgo corresponderá a la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, previa propuesta de las Federaciones Deportivas y Ligas Profesionales prevista en el párrafo anterior o como consecuencia de su propia decisión". Dicha Comisión no ha querido aclarar por qué no tomó esta decisión, estando implicados dos grupos 'ultras' considerados de riesgo, según sus propios criterios.

"El Frente Atlético es el grupo más numeroso, con unos 5.000 miembros, y ha protagonizado, en varias ocasiones, enfrentamientos muy violentos. Basta recordar la muerte del aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta cerca Vicente Calderón en 1998 y por el que fue investigado el detenido por el nuevo altercado; o la de Francisco Javier Romero, Jimmy, miembro de los Riazor Blues. Estos grupos, no solo los del Atlético han crecido sustancialmente durante los últimos años, pero lo cierto es que están más controlados, gracias no solo al trabajo preventivo policial, sino a la inmensa colaboración de los clubes. Sin embargo, los 'ultras' son un problema evidente", comentan fuentes policiales. Tanto es así, que su control e investigación es competencia las Brigadas de Información, encargadas también de la lucha contra el terrorismo.

Para estas fuentes, el motivo de este incremento está muy relacionado con la fuerte crisis económica que ha sufrido España en los últimos años. "No se puede entender la violencia en el fútbol como un fenómeno aislado. Los 'ultras' se identifican, además, con una ideología radical concreta, y se juntan para ir a manifestaciones, conciertos de ultra derecha o izquierda, gimnasios... Son grupos cohesionados que dan a los individuos una sensación muy grande de pertenencia. Se ayudan entre ellos y de entornos futboleros han surgido iniciativas como la de Hogar Social. Al final, el fútbol es una excusa más, no es la motivación principal de estos grupos", detallan.

"Mira si está ligado con la política. Como curiosidad, tanto los miembros del Frente Atlético como los del Ultra Sur se pueden encuadrar en una ideología de extrema derecha, pero los primeros pertenecen en su mayoría a un subgrupo llamado Blood and Honor, mientras que los segundos se pueden calificar de Hammerskin. Por el contrario, los Bukaneros, del Rayo Vallecano, se encuadran en la extrema izquierda. Los dos primeros tienen una ideología muy similar, pero si se ven por la calle, van a pelearse, independientemente del fútbol. Cuando ya se junta un segundo factor, como el deporte, la violencia está asegurada. Por eso siempre tienen a un abogado en el grupo. Eso es invariable", continúan.

Menor peso de los Ultra Sur y los Boixos Nois

El trabajo policial, así como la colaboración de los clubes, ha hecho que el fenómeno esté cada día más controlado y que algunos como los Ultra Sur, del Real Madrid, o los Boixos Nois, del Barcelona, estén muy mermados. "La dirección de los equipos manda informes a la Oficina Nacional de Deportes, dependiente del área de Seguridad Ciudadana, con datos sobre venta de entradas, y en particular a los ultras, mensajes detectados en foros del equipo, peligrosidad estimada... Además, han reforzado enormemente la seguridad en los campos para evitar conductas violentas, desde peleas a carteles con mensajes ofensivos. Han entendido que tienen que colaborar y dejar atrás algunas actitudes, que desgraciadamente persisten, en las que los directivos hacen caja vendiendo en 'b' merchandising a los ultras", concluyen. 

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