Madrid, 31 may.- El rejoneador Sergio Galán, que cortó tres orejas y abrió la Puerta Grande de Las Ventas, se mostraba muy emocionado momentos antes de cruzar el umbral de la gloria en la primera plaza del mundo, dedicando el triunfo alcanzado "a mi abuelo y a Adolfo, mi primer mozo de espadas".
"Tanto mi abuelo como Adolfo seguro que estarán felices viéndome desde el cielo. Ellos fueron claves para mí y por ellos va esta quinta Puerta Grande de mi carrera en Madrid", manifestó Galán a Efe.
Y eso que sus dos toros no fueron nada fáciles, dos mansos con los que el jinete de Tarancón tuvo que poner toda la carne en el asador para llegar al objetivo.
"No han sido fáciles, no. Dos toros con los que hay que arriesgar, y en ese sentido estoy muy orgulloso del nivel de mi cuadra, sin ella no hubiera alcanzado este sueño tan bonito de volver a triunfar en Madrid, algo que me hacía mucha falta por lo mucho que me cuesta día a día echar mi carrera para adelante", comentó.
Nombre también destacado de la tarde fue Hermoso de Mendoza, que cuajó la faena de más entidad de todo el festejo, al segundo toro, con el que brilló sobre "Disparate".
"Me voy con sensaciones muy bonitas en mi vuelta a Madrid. Evidentemente uno siempre busca más, pero la dimensión mostrada en mi primer toro creo que no lo olvidaré en mucho tiempo", declaró.
Por su parte, el confirmante Manuel Manzanares se marchaba con claro gesto de contrariedad por no haber podido redondear una tarde "crucial" para él.
"Venía a Madrid a arreglar mi situación y se me ha escapado una oportunidad de oro, pero bueno, aún sin llegar a 'tocar pelo' creo que la gente me ha visto y me marcho con la satisfacción de la dimensión ofrecida", dijo.
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