Según información de la Policía Federal, el operativo, que comenzó en la ciudad de Jos, al centro del país y donde secuestraron a Michael Obi, llevó a los cuerpos de seguridad hasta Kano, una de las ciudades más grandes de Nigeria ubicada al norte, donde lograron encontrar el lugar donde tenían cautivo al sujeto.
Tras liberar al padre de Obi Mikel, la policía arrestó a ocho personas, entre ellas una mujer. El secuestro se produjo justo después de que la revista Forbes clasificara a John Obi Mikel como el séptimo jugador africano mejor pagado de Europa, cuyos ingresos anuales superan los cuatro millones de euros.
Esta no es la primera vez que la familia de un futbolista sufre el secuestro de alguno de sus miembros en Nigeria. El hermano menor de Joseph Yobo, defensa del Everton, fue capturado al salir de una discoteca en Port Harcourt en 2008 y fue puesto en libertad dos semanas después sin saber si se pagó algún rescate por él.
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