San Sebastián, 18 ene.- La victoria que se llevó este sábado el Rayo Vallecano de San Sebastián (0-1) ha creado una profunda decepción por el juego de los donostiarras porque el efecto de cambio de entrenador, tras la llegada de David Moyes, se apaga claramente con la primera derrota en Anoeta del técnico escocés.
Hasta ahora, si bien los números de Moyes con la Real no eran excepcionales, sí habían servido al menos para mejorar en la clasificación y convertir a un conjunto muy predecible y flojo defensivamente en un equipo sólido y complicado de ganar.
Moyes no había perdido todavía en casa, donde cayó el Barcelona, y fuera aguantaba el tipo, salvo en la goleada de Villarreal (4-0), pero tras la eliminación copera el miércoles y la mala imagen transmitida ante el Rayo, se han encendido todas las alarmas.
Se ha secado casi hasta su mínima expresión la producción goleadora blanquiazul, que en los tres últimos partidos sólo ha marcado de penalti, ya que el tanto de la victoria ante el Barcelona fue obra en propia puerta de Jordi Alba, y la defensa también ofrece signos de debilidad.
Ahora, tras la jornada de descanso de este domingo, los donostiarras volverán mañana a los entrenamientos para preparar el derbi guipuzcoano ante el Eibar, partido que de no ganar la Real convertirá la actual situación de prealerta en una al borde del drama con los puestos de descenso tan cerca.
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