La tozudez del minero Stablinski origen del mito del pavés

  • El francés Jean Stablinski (1932-2007), conocido como "El polaco", un campeón del ciclismo procedente de las minas de Arenberg, tuvo que ponerse muy pesado con los organizadores de la París-Roubaix para que incluyeran un tramo adoquinado, de pavés, en la clásica del "Infierno del norte".

Arenberg (Francia), 9 jul.- El francés Jean Stablinski (1932-2007), conocido como "El polaco", un campeón del ciclismo procedente de las minas de Arenberg, tuvo que ponerse muy pesado con los organizadores de la París-Roubaix para que incluyeran un tramo adoquinado, de pavés, en la clásica del "Infierno del norte".

Este hombre, que era minero y en sus ratos libres tocaba el acordeón, nunca pudo imaginar el cambio que daría su vida cuando ganó una bicicleta en un concurso con aquel instrumento. A partir de ese día fue a la mina dando pedales por caminos de piedra.

Enseguida se enganchó al ciclismo y esa ruta le entusiasmó para siempre. Se olvidó del pico y la pala y probó suerte en el ciclismo.

Stablinski ejerció como ciclista profesional de 1952 a 1968. Un hombre de éxito, pues ganó 1 Mundial (1962) y etapas en Tour, Giro y Vuelta. Se llamaba Stablewski, pero el error de un periodista le cambió el apellido para siempre.

Pero no pudo ganar la carrera de sus sueños, la Roubaix, cuyas carreteras dominaba como nadie como vecino de Arenberg.

Gracias a su labor de "picar" una y otra vez a los organizadores al final el tramo adoquinado del Trouée d'Arenberg fue incluido en la París Roubaix de 1968, en la que se impuso el legendario belga Eddy Merckx

Las carreteras de pavés que tanto han atormentado al pelotón del Tour de Francia eran los caminos habituales que usaban los habitantes de la zona, desde finales del siglo XIX y principios del XX, para llegar a sus puestos de trabajo en las minas del norte de Francia.

El ciclismo no descubrió estos tramos que actualmente se conservan como oro en paño hasta después de la II Guerra Mundial, cuando la organización ya no tenía que ser convencida para mantener los tramos adoquinados, sino que los tenía que defender del avance de la sociedad. La sociedad demandaba el asfalto, más cómodo para los vehículos.

Fue cuando surgió la figura de Stablinski, quien sugirió el paso por el Bosque de Arenberg, el mismo que él hacía en aquellos tiempos en los que salía de trabajar con la cara negra. En ese enclave hay un monumento en su honor.

Un descubrimiento para el ciclismo y para el Tour que ha causado estragos en la quinta etapa. La jornada del miedo, donde algunos como el clasicómano suizo Fabian Cancellara, tres veces ganador de la Roubaix, hablaba de que sería "un desastre y un caos".

Contaba Stablinski que cuando un minero baja 500 metros bajo tierra " no sabes si volverás a ver la luz del sol, y cuando atraviesas el bosque es como descender a la mina: si empiezas a pensar en el peligro, nunca conseguirás cruzarlo".

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