Mourinho celebra cómodamente su centenario liguero con el Real Madrid

David Ramiro

Madrid, 17 feb.- El técnico portugués José Mourinho pudo celebrar su centenario liguero con el Real Madrid con una victoria cómoda ante el Rayo, que jugó más de setenta minutos con uno más por la expulsión de Sergio Ramos y que no se amilanó en el Santiago Bernabéu con un estilo valiente que chocó con el conformismo local.

Mourinho, que en su trayectoria como entrenador por cuatro países (Portugal, Inglaterra, Italia y España) sólo había sido centenario en Liga con el Chelsea inglés, con el que acumuló un total de 120 partidos, logró alcanzar también, treinta y un meses después de su debut en agosto de 2010, los cien partidos con el conjunto madridista.

En el resto de equipos donde estuvo como primer entrenador ocupó el banquillo del Oporto en 83 ocasiones, el del Inter de Milán en 76, el del Unión Leiria en 19 y en el Benfica en sólo nueve.

Sus registros con el Real Madrid en el campeonato doméstico son para resaltar, puesto que de los cien partidos disputados, en 76 logró la victoria, en 13 empató y sólo acumula once derrotas, cinco de ellas en la presente temporada.

Esta cifra permite a Mourinho entrar, títulos aparte, en los primeros puestos de la lista histórica de entrenadores del Real Madrid con más partidos, puesto que se posiciona en sexto lugar solo por detrás de Miguel Muñoz (424), Vicente del Bosque (153), el holandés Leo Beenhakker (139), Luis Molowny (122) y el serbio Miljan Miljanic (103).

La celebración centenaria de este domingo 17 de febrero no fue del todo plácida para el técnico luso, que vio como a los 18 minutos de juego, con la expulsión por doble amonestación de Sergio Ramos, se le trastocaban los planes pese al dos a cero a su favor que lucía el marcador.

Para alcanzar esta cifra con victoria tuvo que derrotar al Rayo Vallecano de Paco Jémez, que por tercer partido en lo que va de temporada tuvo que ver el partido desde la grada por sanción.

La valentía de la que presume habitualmente el Rayo se encontró con el muro defensivo del Real Madrid, que fue a más si cabe tras la expulsión de Ramos, que obligó a Mourinho a recomponer el equipo, optando por quitar un delantero como Álvaro Morata, que hoy le había ganado la partida en la titularidad al francés Karim Benzema, para sacar a un central como Raúl Albiol.

Jugar con uno menos le dio aire al Rayo, que poco a poco fue ganando en confianza y multiplicando sus acercamientos a la meta defendida por Diego López. El equipo franjirrojo lo intentó con más coraje que acierto y, por ello, el portero gallego apenas tuvo trabajo.

El Madrid, con clara superioridad en el marcador, encomendó todo su juego a la velocidad del portugués Cristiano Ronaldo y a la imaginación que el brasileño Kaká y el alemán Mesut Ozil ponían en la medular para comandar las jugadas a la contra.

Mediada la segunda mitad, Jémez se la jugó y fue a por todas con un cambio valiente y arriesgado al dar entrada al extremo José Carlos por el lateral izquierdo Casado, plantando una defensa de tres hombres. Su apuesta no le salió bien puesto que las llegadas seguían concretándose pero la efectividad no, contándose todos sus disparos fuera de los tres palos.

Antes de que acabase el encuentro, en los últimos minutos, Mourinho volvió todos los focos hacía él, al reclamar airadamente una mano de Lass en mitad de campo que apenas tenía incidencia sobre el juego.

Protagonista siempre, gane o pierda, Mourinho pudo celebrar su centenario liguero con una victoria que supone un punto y aparte en su trayectoria deportiva en el Real Madrid, con el que a estas alturas de la temporada la Liga es pura anécdota y su pensamiento está en otras dos competiciones, la Copa del Rey y la Copa de Europa.