Open de Australia: del "Happy Slam" a la violencia de los Balcanes

  • Los tenistas adoran la cita de Melbourne, pese a que los últimos años pequeños brotes de violencia entre inmigrantes de la antigua Yugoslavia han arraigado en el primer "Grand Slam" del año.
Open de Australia: del "Happy Slam" a la violencia de los Balcanes
Open de Australia: del "Happy Slam" a la violencia de los Balcanes
lainformacion.com
José Martínez
José Martínez

Proclamas nacionalistas, saludos de corte fascista o insultos que recuerdan las matanzas cometidas por y para la limpieza étnica. El estado australiano de Victoria es uno de los territorios más pequeños del país y, junto con Tasmania, de los más seguros. Allí se celebra el Open de Australia, un espectáculo deportivo de primer nivel mundial que los últimos cuatro años ha ofrecido desagradables imágenes de violencia asociadas a inmigrantes de los Balcanes, una región de la que sir Winston Churchill decía que "tiene la tendencia a producir más historia de la que puede consumir".

El calor –a veces extremo- del verano austral y el ambiente de la cosmopolita Melbourne hicieron que Roger Federer calificara al torneo como "Happy Slam", pero esa felicidad se ha roto por los incidentes de los últimos años. El primero de ellos, en 2007, provocó la expulsión de 150 aficionados croatas y serbios del recinto donde se celebra el Open de Australia. Al año siguiente, la resaca del partido entre Janko Tipsarevic y Marin Cilic provocó una pelea en un bar entre aficionados de los dos países.

Desde mediados principios del siglo XX, la diáspora de los Balcanes ha ido aumentando su número en la población australiana. De los cuatro serbios que había en la isla según un censo de 1901 se ha pasado a más de 100.000 personas originarias o descendientes de ese rincón de Europa, que en el caso de Croacia se cuentan por más del doble. Un preso, Stefano Posich, podría haber sido el primero en arribar en 1813. Las dos guerras mundiales, el desempleo de los años 60 y 70 y la cruenta guerra civil emprendida por Slobodan Milosevic llevaron a miles de personas a huir de sus casas.

Pero algunos no han pasado página a las bombas, los tanques ni la muerte. La tensión creció en los últimos años, especialmente en 2009 y ni la cordura ni el buen ejemplo de los tenistas frenaron la violencia. Durante el partido entre el español 'Beto' Martín y el serbio Viktor Troicki, seguidores serbios y croatas se insultaron, pero lo peor estaba por llegar. Cuatro días más tarde, se producía una violenta trifulca entre bosnios y serbios tras el partido entre el actual número uno Novak Djokovic y el americano de origen bosnio Amer Delic.

Delante de numerosas cámaras de televisión, unos y otros se lanzaron sillas, vasos o piedras, mientras los serbios se mofaban en voz alta de la matanza de Srebrenica, sucedida en 1995, con cánticos nacionalistas que alentaban la violencia. Lejos de cesar la sinrazón de los aficionados, en 2010 un grupo de seguidores croatas posaban para un fotógrafo en pleno saludo fascista, una actitud que causó vergüenza en Croacia. En casi todos los casos, la mayoría de los implicados no vivieron en primera persona la guerra de los Balcanes.

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