La ACB siempre ha abierto sus puertas al talento. En la mejor liga de baloncesto de Europa nunca han faltado jugadores de un país como Lituania, en el que este deporte es casi una religión. Pero de la élite actual de la nación báltica sólo queda en España Martynas Pocius, aunque el nuevo fichaje del Real Madrid aún no ha debutado con la camiseta blanca.
En esa selección lituana que busca ganar el oro en casa hay un claro pasado español. El más reciente, el del pívot Robertas Javtokas, que este verano ha regresado a Lituania tras firmar un gran año en Valencia. El individualista Rimantas Kaukėnas y el coloso Darjuš Lavrinovič dejaron el Madrid en 2010. Ese verano se produjo un éxodo masivo: Seibutis (Bilbao Basket) y Delininkaitis (CB Murcia) también abandonaron la ACB. Jasaitis, exjugador del Tau Vitoria y DKV Joventut, lo hizo un año antes.
Pero en el combinado de 2011 destaca un nombre sobre el resto. Hace ocho años, Šarūnas Jasikevičius llevó al Barcelona a conquistar su primera Euroliga con sus fundamentos de “niño prodigio”. Brilló en el equipo blaugrana durante tres años para luego probar suerte en el Maccabi y la NBA. Hoy, a sus 35 años, conserva su cara aniñada pero es todo un veterano, el director de la orquesta lituana.
“Saras” es el vínculo entre el pasado y el presente. Apareció en los Juegos Olímpicos de Atlanta con solo 20 años y ha visto desfilar a generaciones de buenos baloncestistas de su país. Atrás han quedado el francotirador Macijauskas, el legendario Štombergas (Tau Vitoria) o Timinskas, que también jugó en el Pamesa Valencia. No menos importantes fueron Einikis (Unicaja), Salenga (Akasvayu Girona) y Praškevičius (Fuenlabrada).
Karnišovas y Sabonis, leyendas en España
En el camino hacia el pasado aparece Artūras Karnišovas. Si a Jasikevičius le tocó vivir la gloria, el máximo anotador de la selección lituana se quedó dos veces a las puertas. Tirador excepcional, perdió dos finales de la Euroliga con el Barcelona. Cuatro años –en dos etapas- en los que fue la pesadilla del Real Madrid.
Aquella selección de la incipiente Lituania tenía como estrella a un muro humano que tiranizó el baloncesto europeo y luego la NBA. Arvydas Sabonis y su majestuosidad inigualable pasaron por Valladolid –allí coincidió con Chomičius, excelente triplista- y, a continuación, le dieron su octava euroliga al Real Madrid en aquella recordada Final Four de Zaragoza.
El trasiego de jugadores lituanos no ha cesado, pero en España también ha habido quien ha osado hacer el viaje opuesto. Antes de ser seleccionador nacional, Javier Imbroda fue entrenador ayudante de la selección de Lituania en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Sólo la Croacia de Petrovic y el “Dream Team” pudieron con ellos. Los hombres de Scariolo también esperan poder doblegarles, esta vez a domicilio.
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