Pedro se rebela contra su destino con otro gol decisivo

  • Michel Platini entregó el martes la Supercopa de Europa al capitán del Barcelona Andrés Iniesta y el héroe del triunfo Pedro Rodríguez observaba la escena sin querer participar de ella. Descontento con su papel de suplente, el canario podría fichar por el Manchester United.

Como un guiño del destino, tuvo que ser Pedro el que 'arreglara' lo que antes habían estado a punto de estropear sus compañeros.

El Barcelona ganaba al Sevilla por 4-1 en Tiflis y, en una remontada magnífica, los andaluces lograron forzar la prórroga.

Comenzaba el tiempo adicional y Luis Enrique disparó su última bala, Pedro, al que había dejado en el banquillo a pesar de la baja del brasileño Neymar.

La previa del partido había estado marcada por unas declaraciones del director deportivo del Barça, Robert Fernández, en las que decía que el español había pedido salir del club.

Su suplencia se interpretó como un mensaje claro. Luis Enrique no quería entorpecer el traspaso, según los medios por 30 millones de euros, exponiendo al delantero a una posible lesión.

Pedro, un futbolista de 28 años conocido por su educación y generosidad en el juego, primero respondió en el campo. Aprovechó un rechace de Messi en el minuto 115 y le dio al Barcelona su quinta Supercopa.

Después recordó a Robert, que accedió al cargo hace unas semanas, quién era el 7 del Barça.

"Hoy Robert ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas, he cruzado dos palabras con él y no sabe lo que he vivido yo en el club para hablar así de mí", dijo alguien que no suele levantar la voz.

Lo cierto es que Pedro es uno de los jugadores más decisivos que ha tenido el Barcelona. En idéntica situación, minuto 115 de la Supercopa de Europa de 2009, ya marcó el gol del triunfo azulgrana 1-0 ante el Shakhtar Donetsk.

Unos meses después, suyo fue el tanto que permitió al Barcelona disputar la prórroga de la final del Mundial de clubes ante el Estudiantes de la Plata. Luego Messi se encargó de completar el trabajo con un tanto con el pecho.

De esta forma Pedro se convirtió en uno de los héroes de aquel Barcelona dirigido por Pep Guardiola, único equipo de la historia que ha logrado el 'sextete' de títulos en un año natural en el fútbol europeo.

Dos años más tarde, abrió el marcador en la final de la Liga de Campeones que el Barcelona ganó 3-1 al Manchester United en Wembley.

Con este bagaje, el internacional español, titular en la final del Mundial que la Roja ganó en 2010, ha visto como en los últimos años primero el chileno Alexis Sánchez, luego el brasileño Neymar y más tarde el uruguayo Luis Suárez, le han restado minutos.

"No me quiero ir, pero es complicado por muchas cosas. Es cuestión de continuidad, de minutos, yo soy un jugador ambicioso", dijo el martes en Tiflis.

Y mientras, el Barcelona se hacía un lío para jusfiticar su suplencia. "Una decisión técnica", decía el presidente Josep María Bartomeu, "tuvo molestias", añadía el técnico Luis Enrique.

Como suele ocurrir cuando tiene un micrófono delante, el argentino Javier Mascherano, el hombre que dejó su puesto a Pedro en el Dinamo Arena, fue el más acertado.

"Es de esos jugadores nombrados para las grandes ocasiones, está tocado por una varita que Dios te da. Ojalá pueda seguir acá", recordó el 'Jefecito' a los responsables de un club que aspira a conquistar su segundo 'sextete'.

pm/jt

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