Pichardo, la esperanza cubana en Pekín que pudo ser boxeador

  • Pedro Pablo Pichardo, el especialista cubano de triple salto, que aspira a ganar la medalla de oro en el Mundial de Pekín-2015, tenía dudas cuando era niño entre ser atleta o boxeador, según confesó en una reciente entrevista a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Cuando Ato Boldon, el exvelocista de Trinidad, le preguntó para una emisión de la IAAF si le gustaba el béisbol, como a la mayoría de los cubanos, y si había soñado con ser una estrella en el mundo de la pelota, Pichardo afirmó que nunca le atrajo el juego más popular en su país.

"El béisbol nunca me gustó, nunca lo tuve en mente, mas bien me gustó el boxeo, que también es popular en Cuba. Entre los seis y los diez años hacía los dos deportes, atletismo y boxeo. Si no hubiera sido triplista tal vez me habría decantado por ser boxeador", dijo el cubano de 22 años.

"Llevo mucho tiempo en el deporte. Empecé a los seis años con mi padre en mi provincia, en Santiago de Cuba. Siempre he sido muy disciplinado, enfocado en los entrenamientos de cada día. Tengo corta edad, pero los triunfos no tienen que ver con la edad, sino con hacer un buen trabajo y hacer lo establecido", explicó.

Pichardo, plata en el último Mundial de Moscú-2013, espera dar el salto en Pekín y llevarse este vez el oro.

"Han cambiado muchas cosas desde aquel evento. Lo primero es el entrenador y ahora se incorpora un poco más mi padre junto a Daniel Osorio. Los dos me han dado mejoría y me han cambiado mi estilo. Gracias a ellos he obtenido buenos resultados", señaló en la entrevista.

El cubano cree que para obtener buenas marcas y superarse a sí mismo necesita sentirse motivado por rivales que le pongan las cosas difíciles.

"Ahora no tengo muchos rivales a mi nivel, es como que me he quedado solo. Hay gente lesionada, Taylor saltó en Doha y no lo vi más. No ha aparecido un rival, pero me gusta la rivalidad, porque si no me acomodo. Hago el primer salto bien y ya estoy tranquilo. Con rivales más duros me motivaría más", dijo.

"No puedo subestimar a mis rivales porque pueden ser buenos o mejores que yo. Pero al final yo solo me fijo en las marcas que me propongo y si las logro puedo ganar", añadió.

Pedro Pablo Pichardo puede seguir en Pekín la estela de su compatriota Yoelbi Quesada, que ganó el título en el Mundial de Atenas-97.

"Lo conozco desde la escuela de La Habana y tuve una muy buena relación con él. He visto videos de cuando le ganó a Jonathan Edwards (el británico que posee el récord del mundo con 18,29). Ahora en Cuba el ídolo es él, no yo", afirmó.

Pese a que Pichardo es la gran esperanza del atletismo cubano y sus triunfos empiezan a llegar, afirma que todavía no es un ídolo en su país.

"No hay mucha cultura de atletismo en la calle. En otros lugares, la gente ser acerca más a ti. Puedo andar por el centro de La Habana y poca gente me reconoce", explicó.

Pichardo sueña con una gesta, con un título y con una marca que permita quitarle el récord a Edwards.

"Uno nunca sabe cuando va a hacer un buen salto. Uno se prepara para ese día y espera que todo salga bien. Tal vez el récord pueda estar un día en 18,50 o 18,60", indicó.

En cuanto a aficiones, Pichardo se considera un joven normal de su edad, con los mismos gustos que la mayoría.

"Oigo mucha música, juego a la Play Station y al fútbol. Me gusta salir de vez en cuando a divertirme con mi padre", concluye.

Una eventual medalla de oro en Pekín hará más difícil que pueda seguir paseando sin ser reconocido por La Habana.

psr/mcd

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