Primera semana de calor, caídas, abanicos y "Chris crash"

  • La Vuelta a España cumple su primera semana con "la mente" en la subida a la estación de Valdelinares. Desde que el pasado sábado echara a rodar en Jerez, la fortaleza de Movistar, Contador y su buen estado de forma, las caídas, los abanicos y el calor, sobre todo el calor, han protagonizado la primera fase de la carrera que concluye mañana con una jornada complicada.

José Anselmo Moreno

Albacete, 30 ago.- La Vuelta a España cumple su primera semana con "la mente" en la subida a la estación de Valdelinares. Desde que el pasado sábado echara a rodar en Jerez, la fortaleza de Movistar, Contador y su buen estado de forma, las caídas, los abanicos y el calor, sobre todo el calor, han protagonizado la primera fase de la carrera que concluye mañana con una jornada complicada.

Movistar (con Valverde y Quintana) es el equipo a batir, aunque se ha visto a "Purito" Rodríguez (Katusha) rodando bien y a Alberto Contador (Tinkoff) mejor de lo esperado. Para un corredor que hace un mes estaba cojo, tras caerse en el Tour de Francia, su rendimiento ha sido sorprendente para todos. Incluso para él mismo.

Se confiaba en que Nairo Quintana, que llegaba de ganar la Vuelta a Burgos, lo hiciera mucho mejor pero al corredor colombiano se le espera para las subidas más fuertes. Hasta su compañero y líder, Alejandro Valverde, sigue diciendo que Nairo es el jefe de filas del Movistar.

Un capítulo destacado en este primer tramo han sido las caídas de la séptima etapa entre Alhendín y Alcaudete. Provocó los primeros abandonos de la Vuelta, todos por accidente. Fueron Ivan Santaromita (Orica-GreenEdge), Bryan Nauleau (Europcar) y Aleksejs Saramotins (IAM). Otros muchos se fueron al suelo ese día, como Chris Froome o John Degenkolb.

El último en caer fue Warren Barguil, el líder del Giant-Shimano, a falta de pocos metros para la meta. El corredor francés sufrió una aparatosa caída que le provocó traumatismos de todo tipo. Golpeó violentamente con la cabeza en el suelo. El casco, probablemente, le salvó la vida.

Lo de Froome y sus caídas sigue siendo llamativo. Se ha ido al suelo dos veces en esta vuelta y tres más en el Tour. La primera ocasión en la ronda española fue en Jerez de la Frontera, reconociendo el recorrido de la primera etapa. Ni siquiera se le había quitado el precinto a esta Vuelta 2014.

¿Por qué se cae tanto Froome?. El líder del Sky hace honor a su apodo de "Chris Crash" entre los periodistas extranjeros desplazados a la Vuelta. Se está empeñando en ello. Eso parece.

El británico, junto al tridente español (Contador, Valverde y Joaquim Rodríguez), son los mismos ingredientes de la espectacular Vuelta de 2012. Y este año hay "aditamentos" como Nairo Quintana o Cadel Evans, entre otras figuras.

Sin embargo, la mejor participación de la historia no ha encontrado, por el momento, terreno para "lucirse" en esta primera semana de la Vuelta. Mañana sí lo tendrá, y mucho, en la etapa con final en la estación de Aramón-Valdelinares.

La primera parte será sencilla, sin excesivas dificultades, pero cuando el pelotón pase por la ciudad de Teruel comenzará la parte realmente complicada. Los ciclistas tendrán que superar un puerto de 3ª categoría y otro de 2ª antes de afrontar la dura subida al puerto de Valdelinares. Será el instante supremo de esta vuelta antes de la jornada de descanso en Zaragoza.

Para el final de este balance está el calor. La primera semana ha sido infernal. El Sky de Froome decía en una nota de prensa que la Vuelta estaba rodando por el "Sáhara" español, pero en el último Giro el protagonista fue el frío y nadie dijo que se estaba corriendo en Laponia.

Es verdad, no obstante, que las altas temperaturas han sobrecalentado "los motores" de los ciclistas que hasta han propiciado abanicos camino de Ronda y Albacete, ¡qué mejor remedio contra el calor!. El pelotón, de casi 200 corredores, consumía cerca de 4.000 bidones cada jornada. Era cuando transitaba por el corazón de Andalucía.

Y es que los ciclistas sufrieron camino de Córdoba temperaturas que rondaron los 45 grados. Para combatir la calima, algunos equipos equiparon a sus ciclistas con chalecos de hielo y, sobre todo, cientos de bidones. El Sky, por ejemplo, informó de que dispuso 250 botellas para algunas jornadas.

"Algunas eran para tirarnos por encima, lo reconozco, solamente algunas eran para beber", llegó a confesar a Efe el español Mikel Nieve, quien no llegó a "derretirse" nunca pese al peligro implícito en su apellido.

A partir de ahora, recorriendo ya el norte del país, la temperatura puede ayudar a sobrellevar el esfuerzo de los ciclistas. Sus preocupaciones y sus desvelos para esa fase decisiva de la Vuelta serán otras. Por ejemplo, las cumbres. Eso está por llegar.

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