Sevilla 2-0 Valencia: Los hispalenses toman ventaja hacia Turín

    • El primer gol, en fuera de juego, dio alas al equipo de Unai que tres minutos después marcaría por mediación de Bacca.
    • Los hispalenses, con Rakitic a un gran nivel, dispusieron a la contra y a balón parado de ocasiones más que de sobra para sentenciar la eliminatoria.
2-0. El Sevilla logra una clara ventaja ante el Valencia que no acertó con el gol
2-0. El Sevilla logra una clara ventaja ante el Valencia que no acertó con el gol

Qué bien le está sentando la primavera al Sevilla, que desde hace dos meses no hace otra cosa que destrozar rivales con la costumbre de los equipos grandes a los que ni en sus peores tardes les da pereza ganar: lo hacen por pura inercia. Contra ese destino luchó el Valencia, que salió al Sánchez-Pizjuán convencido de que iba a cambiar la suerte del equipo de Nervión, y la suya propia, que lleva diez años sin ganar en el feudo sevillista.El arranque fue hermoso, con los dos equipos lanzados hacia la portería contraria como si no hubiera partido de vuelta. Fue un inicio frenético, intensísimo, repleto de llegadas en apenas tres o cuatro toques que hicieron honor a lo que se esperaba de la semifinal de los equipos españoles. Fue una fiesta de la velocidad y la verticalidad, una locura que a Unai Emery no debió de hacerle mucha gracia, acostumbrado a las bondades del contragolpe en un equipo con artistas como Rakitic o Reyes y flechas como Vitolo o Bacca.Claro que si este Sevilla tiene un arma letal es el balón parado. Por ahí encontró el camino de la victoria. Sacó Rakitic una falta paralela al área y la puso, marca de la casa, en el corazón del área. Por allí apareció Mbia, que tras un rebote la metió de tacón. El Sevilla golpeaba primero, eso sí, con la ayuda del árbitro, que no señalizó el fuera de juego del jugador camerunés.Por entonces, el equipo de Pizzi se había desinflado y retrasó la línea de presión cuarenta metros. Bien que lo celebró Rakitic, que partir de ahí tuvo espacios para hacer lo que mejor sabe: hacer jugar al equipo. A los dos minutos los chés recibieron el segundo rejonazo cuando Vitolo dejó solo a Bacca, enorme futbolista, y éste tiró a gol ante Guaita. Nervión rugió y al Valencia le entró el pánico antes del descanso: si atacaba a lo loco dejaría mucho espacio atrás.Llegó la reanudación y los temores de los visitantes se concretaron: Rakitic volvió a encontrar a Bacca, que encaró a Guaita camino de sentenciar la eliminatoria. Esta vez el portero ganó la partida al colombiano y su equipo respiró aliviado. El partido mantuvo un ritmo altísimo, con el equipo de Pizzi cercando el área de Beto y el Sevilla saliendo a la contra en estampida. Ambos tendrían ocasiones para marcar: el Sevilla, otra vez, a balón parado con un cabezazo de Fazio y un remate de Iborra que se marchó a centímetros del travesaño; el Valencia en el 87 con un disparo al larguero de Vargas.Pero más lamentaría el equipo valenciano la bisoñez de Paco Alcácer, que vio una amarilla al final en una acción con Beto -perro viejo- que le hará perderse el partido de vuelta. Victoria rotunda, por tanto, del Sevilla, que ganó en todas las facetas del partido. Y mucha culpa de eso la tiene su entrenador, Unai Emery, que ha labrado un equipo ganador con el que está haciendo soñar a la afición como en aquella primavera de 2006 en la que acabó tocando la gloria en Eindhoven. Vaya cara de Juande Ramos se le está poniendo a Unai.

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