Marcar la diferencia. Ese es el factor de un futbolista por el que se pagan tantos millones en el mercado de fichajes. No importa que tu rival, el Sevilla, se adelante en el marcador y te apabulle en juego y ocasiones. No importa, al menos para Messi. El argentino marcó la diferencia con el empate y dirigió la remontada de su equipo en la segunda mitad. El Barça sigue la estela del Real Madrid en La Liga gracias a él. El Sevilla noquea al Barça, pero no a Messi
En 35 segundos de juego el Sevilla ya había dejado claro cómo iba a ser el partido. El argentino Vietto disparó y obligó a Ter Stegen a entrar en calor desde el primer instante.
Sampaoli había preparado el duelo a la perfección junto a su segundo Juanma Lillo. Había que presionar al Barça rápido y utilizar las bandas con Vitolo y Sarabia, que también contaron con la ayuda de los laterales Escudero y Mariano.
El 4-3 del Celta había enseñado el camino en cuanto planteamiento y efectividad y era cuestión de tiempo que el gol del Sevilla cayese.
Una volea espectacular de Escudero estuvo a punto de abrir la lata pero ese honor estaba reservado para Víctor Machín, Vitolo. Le enviaron un balón desde la derecha, controló, dejó atrás a un Sergi Roberto al que se le vio el plumero en tareas defensivas, y no dio opción a Ter Stegen.
Un gol de película para un Sevilla cuyos actores estaban bordando sus papeles. Alguna conclusión futbolística seguro que sacaron desde la grada del Pizjuán sus homólogos de la serie Juego de Tronos, que presenciaron el partido ataviados con las bufandas del club hispalense.
Golpeado y zarandeado, el Barcelona intentaba despertar de su letargo a base de contragolpes guiados por la 'MSN', pero parecía no ser el día.
La pelota duraba muy poco en los pies de los azulgranas y los sevillistas no paraban de crear peligro. Vietto le ganó la partida a su compañero Mascherano para chutar desviado, justo antes de que Sarabia probase fortuna desde la frontal.
Eso sí, no se puede dar a un equipo por muerto si Messi pisa el mismo césped que el resto de 21 protagonistas del partido.
Parecía imposible, pero sucedió. Un contragolpe iniciado por el argentino, continuado por Denis y Neymar, fue enviado a gol por el propio Messi de forma idéntica que ante al Manchester City. Jarro de agua fría antes del descanso para un Sevilla que rozó la perfección.La 'MSN' no hace rehenes
Mismo guión pero con un Barça sin papel secundario. El ida y vuelta de la primera mitad tuvo su continuación en la segunda parte, pero con protagonismo visitante.
Si al poco de empezar el partido Vietto avisó al Barcelona, en el segundo acto Suárez y Rakitic hicieron lo propio.
Primero Mariano se deshizo como pudo de un centro-chut del uruguayo, y después Sergio Rico volvió a demostrar su nivel atajando un cañonazo del croata.
El Sevilla también llegaba a los dominios de Ter Stegen aunque no con la misma frecuencia y descaro que en la primera parte.
Los de Sampaoli estaban pagando el esfuerzo inicial y la 'MSN', cada vez más cómoda. Si Sergio Rico pudo evitar el 1-2 de Messi tras un eslalon con el que el argentino dejó atrás a tres rivales, sus milagros no pudieron competir con el olfato de Suárez.
Messi atrajo a tres defensas por el centro y asistió al uruguayo por la derecha. Con tiempo para pensar no falló en el mano a mano.
Los hispalenses pasaron de tener al Barcelona su merced a estar en la lona. Tocaba revolucionar el tablero con nuevas fichas y Sampaoli dio entrada a Ganso e Iborra. Vázquez y Nasri fueron los sustituidos.
Con el Barça en busca del 1-3, los locales gozaron de una ocasión que no deberían haber perdonado. Ter Stegen hizo una garrafal salida en un córner y N'Zonzi ganó por alto la pelota. Su remate a puerta vacía rozó el poste.
Ahí estuvieron las opciones de puntuar del Sevilla. Messi siguió creciéndose y Sergio Rico tuvo se erigió en el héroe del Pizjuán con varias paradas de mérito.
El argentino hizo de Xavi y de Iniesta y desniveló el partido. Primero con un gol y después con una asistencia. Sampaoli había declarado que debería haber dos Balones de Oro, "uno para Messi y otro para los demás". Tras ver el destrozo que le hizo a su Sevilla, las declaraciones estaban bien fundadas.
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