Stern deja en evidencia el convenio colectivo antes de que en vigor

  • La intención del comisionado de la NBA, David Stern, para que con el nuevo convenio colectivo, ratificado anoche por dueños y jugadores, se lograse mayor competitividad entre los equipos, quedó en evidencia cuando él mismo anuló el traspaso del base Chris Paul a Los Ángeles Lakers.

Marcelino Benito

Houston (EEUU), 9 dic.- La intención del comisionado de la NBA, David Stern, para que con el nuevo convenio colectivo, ratificado anoche por dueños y jugadores, se lograse mayor competitividad entre los equipos, quedó en evidencia cuando él mismo anuló el traspaso del base Chris Paul a Los Ángeles Lakers.

Stern, ante la presión de los propios dueños, evitó que los Hornets de Nueva Orleans se convirtiesen en un equipo mucho más competitivo, a pesar de traspasar a su jugador franquicia, deseado por los Lakers.

Los Hornets dejaban marchar a un jugador de 26 años que ya no quiere estar con ellos y que la próxima temporada se convertirá en agente libre sin ningún tipo de compensación, mientras que recibirían nada menos que al ala-pívot español Pau Gasol y al alero Lamar Odom.

Los Rockets de Houston están convencidos de que Gasol es el hombre franquicia que necesitan para el futuro, y habían ofrecido a los Hornets al ala-pívot argentino Luis Scola, al escolta Kevin Martin y al base esloveno Goran Dragic.

Tres grandes jugadores de un dinamismo y producción muy superior a todo lo que les ofrecía Paul, además de la clase y experiencia de un Odom, que puede competir en todas las posiciones del equipo.

Ante la posibilidad de que los Hornets, con Paul, se convirtieran en un conjunto que pudiera hacer frente a los grandes, la propia NBA ha impedido este objetivo, el mismo día que ha aprobado el convenio colectivo que buscaba establecer esa filosofía como regla.

La acción de Stern, presionado por los propios dueños, dejó claramente en evidencia que el único objetivo del cierre patronal no fue otro que el conseguir la concesión de los jugadores de más de 3.000 millones de dólares en los próximos 10 años que va a durar el nuevo convenio colectivo.

Del resto, poco va a cambiar porque los jugadores estrellas seguirán teniendo todo el margen de maniobra para irse al equipo que realmente les apetezca, y Paul podrá hacerlo cuando la próxima temporada se convierta en agente libre.

Mientras, los grandes perjudicados serán los Hornets que se van a quedar sin su hombre franquicia y sin ninguna posibilidad de reconstrucción.

Pero a cambio, el equipo no les va a ofrecer nada en el apartado deportivo porque ya saben que Paul se dedicará a cumplir el expediente de una temporada reducida a 66 partidos y sin ninguna motivación de cara al futuro, ya que el próximo verano será agente libre.

De hecho, el equipo no ha recibido oferta alguna de interés para ser comprado, a pesar de tener a Paul en la plantilla, por lo que la decisión de Stern lo ha dejado de nuevo en evidencia entre lo que vende dialécticamente de cara al público y lo que luego reflejan sus propias decisiones.

Stern ha impedido que los Hornets consigan formar el mejor equipo de su historia, y a los Lakers el fichaje de un gran base que necesitan para recuperar de nuevo su condición de franquicia con aspiraciones al título de liga, de acuerdo con su condición de conjunto histórico.

La decisión de Stern también ha servido para mostrar con hechos todo lo contrario de la defensa pública que ha mantenido durante el cierre patronal de conseguir el nuevo balance competitivo dentro de la NBA.

Por el contrario, los jugadores han perdido una parte de sus ingresos económicos que era lo que realmente querían quitarles los dueños, pero siguen con el mismo poder de irse donde desean y con el equipo que más les guste o más dinero les pague.

Ante esta realidad, ni las anulaciones de traspasos que imponga el comisionado, ni todos los convenios colectivos que firmen van a impedir que los equipos históricos o los que tengan mayor poder económico sigan siendo los que consigan los títulos de liga.

El último ejemplo de esta realidad han sido los Mavericks de Dallas que sólo fueron capaces de conseguir el título de liga cuando llegó al equipo un nuevo dueño multimillonario llamado Mark Cuban, que gastó cada año por encima del tope del impuesto de lujo.

Esta temporada, que va a estar más condicionado al nuevo convenio colectivo y no quiere gastarse los 88 millones de dólares de la pasada cuando se proclamaron campeones de liga, ya ha perdido al pívot Tyson Chandler, al alero Caron Butler y es poco probable que vuelvan el base puertorriqueño José Juan Barea y el escolta DeShawn Stevenson.

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