En aguas tranquilas, fragata argentina "Libertad" regresa a EEUU tras casi una década

La fragata "Libertad", buque insignia de Argentina, atracó este viernes en Baltimore, tocando territorio estadounidense por primera vez en casi 10 años y luego que fuera confiscada en el juicio que el país perdió con fondos especulativos por bonos comprados en default.

El blanco velero, de tres palos, 104 metros de eslora y 14,3 de manga, comandaba con sus velas replegadas la vista en la turística bahía de esta ciudad del noreste de Estados Unidos, cercana a Washington, comprobó un periodista de AFP.

De regreso a Estados Unidos luego de siete años, el buque escuela de la Marina de Guerra "ARA Libertad" cumple su 45º viaje instructivo para los guardiamarinos argentinos, libre de navegar fuera de las aguas sudamericanas por vez primera desde 2012, cuando el fondo estadounidense NML logró embargarlo a través de la justicia de Ghana y retenerlo en ese país por 76 días, en el marco del juicio en Nueva York a Argentina por el default.

Luego de esa "situación triste que ya pasó" es una "gran alegría" poder viajar de manera irrestricta por los océanos y regresar a Estados Unidos, dijo a periodistas el capitán del barco, el comandante Ignacio Martín Errecaborde.

El comodoro Carlos Allievi, segundo a bordo en el "ARA Libertad" durante el episodio en Ghana y actual agregado naval de Argentina en Washington, reconoció que esta "es la primera oportunidad que puede volver el buque tranquilo" a Estados Unidos.

Pero Errecaborde, vestido on el blanco impoluto del uniforme de gala de los oficiales navales, quiso distanciarse de materias judiciales, señalando que los marineros han estado "un poco ajenos" a la disputa y que las armadas de los dos países "han tenido una buena relación siempre".

El velero, nave insignia de Argentina, zarpó a finales de abril del puerto de Buenos Aires, con una primera parada en Recife (Brasil) antes de llegar a las costas norteamericanas.

El viaje, que cumplen igualmente las armadas de varios países latinoamericanos como Venezuela y Chile, tiene el propósito de enseñar a los guardiamarinos las técnicas tradicionales de navegación, arreando velas y observando las estrellas, en su último año de formación.

Durante cuatro días en Baltimore, el elegante velero, decorado por doquier con nudos y una cubierta terminada en madera proveniente de Birmania, estará abierto al público.

Para el comandante de la fragata, "todos los grandes veleros producen el mismo efecto, llaman mucho la atención, tienen ese aire romántico de la navegación a vela".

Mientras tanto, los marineros argentinos visitarán a sus pares en la Escuela Naval de Estados Unidos en la vecina Annapolis y harán una parada en Washington, antes de zarpar el miércoles a Norfolk y luego Nueva York.

El buque, botado el 30 de mayo de 1956, y con capacidad de navegar a vela o motor, cruzará el Atlántico hasta Amsterdam, en una gira europea que incluye los puertos franceses de Brest (atendiendo una invitación de la Marina de Guerra de Francia) y Toulon; Dublín; Ferrol y Cádiz en España, y otras paradas en Italia y Grecia.

De regreso, atracará en Río de Janeiro y Montevideo antes de volver a la capital argentina el 5 de noviembre.

Diseñada y construida en astilleros argentinos, la fragata es considerada la nave más bella de la Armada, orgullo de la fuerza, y el hito en la carrera de todo oficial naval argentino.

A bordo viaja una tripulación de 353 personas (40 mujeres), incluyendo un centenar de guardiamarinos que afrontan estrictas jornadas de trabajo y clases en altamar, a veces sin ver tierra firme durante semanas.

"Acá no hay privacidad", dijo un oficial.

Mostrar comentarios