Lionel Messi ha empezado el 2017 con un guante en su pie izquierdo. No es que antes no lo tuviera, pero es que con el año nuevo ha demostrado tenerlo entrenado. En los primeros tres partidos tras el parón navideño Messi ha marcado tres goles de falta decisivos para su equipo. Cada cual mejor.
El 5 de enero Athletic y Barcelona disputaron la ida de los octavos de final de la Copa del Rey en San Mamés. Los 'leones' ganaban 2-0 y el Barça estaba contra las cuerdas. Messi hizo su aparición en una falta en la que sorprendió a Iraizoz al tirar a puerta, pensando el portero que un centro sería lo más probable. El gol fuera de casa fue clave a la postre para conseguir el pase a cuartos de final.
Tres días más tarde, el domingo 8 de enero, los azulgranas visitaban el complicado y nuevo Estadio de la Cerámica y hubo que esperar hasta los instantes finales para conseguir algo positivo.
El responsable fue Messi y lo hizo otra vez con un libre directo. Su golpeo a la escuadra fue perfecto en una de las faltas mejor botadas que se recuerdan.
El 2-1 ante el Athletic llevaba el partido a la prórroga pero Messi decidió que no era necesario prolongar la agonía aliándose con un Piqué que se agachó para volver a sorprender a Iraizoz. Magia en estado puro también en los libres directos.
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