Un Bayern "guardiolizado" muere con las botas puestas

Madrid, 23 abr.- En Bayern de Múnich cayó con honor en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones ante el Real Madrid (1-0), ofreciendo un juego vistoso que recordó al que su técnico Pep Guardiola recurría cuando se sentaba en el banquillo azulgrana.

Los alemanes demostraron un control absoluto del esférico durante todo el encuentro, llegando a alcanzar por momentos picos de posesión que rondaban el noventa por ciento y hacían sufrir al conjunto blanco.

Especial relevancia tuvo el trivote armado en la medular. Lahm, lateral desde la cuna, es ahora una opción de absolutas garantías para el mediocentro. Ahí fue donde formó de inicio antes de ser reubicado en su posición natural mediada la segunda parte, aportando en todos los aspectos.

Se repartieron la tarea con él Schweinsteiger y Kroos. El primero, acostumbrado a estos menesteres, se desenvolvió con la soltura del que ha asimilado con naturalidad los postulados de su nuevo técnico. En el caso del segundo, rindió a gran nivel pese a jugar algo más retrasado de lo esperado.

Juntos tejieron los ataques desde área propia encontrando dosis de oxígeno en los costados. Robben en un lado y Alaba iluminando un partido gris de Ribéry en el otro, ofrecían alternativas cuando la situación exigía algo más de picante.

Si encontrarles se complicaba, los germanos no dudaban en retrasar el balón hacia la zona de zagueros y empezar de nuevo. Ese es quizás el elemento que aún debe pulir Guardiola ya que el juego de pies de estos, y también el del guardameta Neuer, no da tanta seguridad como cabría esperar.

También la integración de un nueve puro en el sistema. Si Ibrahimovic no se adaptó de forma sobresaliente al juego del Barcelona, algo parecido sucede con el croata Mandzukic. En el fichaje de Lewandowski de cara a la próxima temporada podría estar la solución.

En cualquier caso, el conjunto bávaro no defraudó a los presentes y solo la falta puntual de acierto atrás y adelante les impidió sacar un resultado más positivo. Ahora espera la vuelta y una seguridad, los axiomas de Guardiola no se tocan.