Estambul, 9 nov.- La munición confiscada el jueves por la Policía turca y que se cree destinada a Siria, eran casquillos de mortero sin explosivos y no cabezas de misiles como se informó en un primer momento, según publican hoy los medios locales.
La Policía de Adana, provincia meridional donde fue interceptado el camión con los proyectiles en el marco de una redada antidroga, ha precisado que las armas encontradas no eran misiles ni estaban listas para usar.
Se trata de 935 piezas de metal que "se parecen a casquillos de mortero", así como de diez tubos metálicos, supuestamente destinados a lanzaderas de cohetes, han asegurado fuentes policiales citadas por varios medios.
Los casquillos, aparentemente fabricados en Turquía, estaban vacíos y no contenían explosivos.
Hoy fueron trasladados al juzgado de Adana seis personas detenidas durante la operación, mientras que otras cuatro, arrestadas en las fábricas donde se cree que se produjeron los casquillos, han sido puestos en libertad.
La investigación continúa para averiguar si los proyectiles iban destinados efectivamente a los rebeldes sirios, como insinuó ayer el gobernador de Adana, Avni Ços, al asegurar que la operación policial demostraba que Turquía "no presta apoyo a ningún grupo radical en Siria".
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