(Amp) El Banco de Inglaterra comenzará a comprar deuda corporativa el próximo 27 de septiembre

EUROPA PRESS

El Banco de Inglaterra (BoE) ha anunciado este lunes que el programa de compra de bonos corporativos (CBPS), por el que adquirirá hasta 10.000 millones de libras (11.853 millones de euros) en deuda empresarial, comenzará el próximo 27 de septiembre.

Según ha explicado en una nota, el BoE adquirirá en los mercados secundarios bonos en grado de inversión denominados en libras emitidos por empresas que realizan un "contribución importante" a la economía de Reino Unido y no son empresas financieras.

En este sentido, la institución ha matizado que con empresas que realizan una contribución importante a la economía británica se refiere a aquellas que pueden estar establecidas fuera de Reino Unido, pero que desempeñan un papel significativo en el país.

"Una empresa establecida fuera de Reino Unido, pero que emplea a cientos de personas en Reino Unido y cuyas ventas en el país alcanzan los 20 millones de libras será considerada como importante para la economía británica", ha indicado el BoE.

De este modo, deuda emitida en libras por BMW, Daimler, Apple, E.On o General Electric (GE) será elegible en las operaciones del organismo responsable de la supervisión bancaria en Reino Unido.

Sin embargo, en la lista de compañías cuya deuda será elegible por el supervisor no se encuentra ninguna española a excepción de Scottish Power, filial de Iberdrola.

El BoE participará en tres operaciones semanales que tendrán lugar los martes, miércoles y jueves y estructurará cada subasta en torno a deuda emitida por empresas de sectores concretos.

El organismo ha publicado una lista con un total de 110.000 millones de libras (130.386 millones de euros) en bonos corporativos elegibles de los que el 25% representan a compañías del sector eléctrico, mientras que el 15% son de empresas del sector consumo no cíclico y el 14% entidades industriales y de transporte.

A raíz del Brexit, el BoE anunció a principios de agosto un plan de estímulo de la economía británica que incluía un recorte de los tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0,25% y una ampliación en 60.000 millones de libras esterlinas (71.120) de su programa de compra de activos, además de los 10.000 millones de libras destinados a la compra de deuda corporativa.

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