Maduro denuncia arremetida de EEUU y "guerra económica" en Cumbre NOAL

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció este sábado una "arremetida imperialista" y una "guerra económica" para derrocarlo, durante la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), cuya presidencia asumió Venezuela en medio de una profunda crisis.

Ante presidentes y delegados de los 120 países del NOAL, Maduro sostuvo que Venezuela enfrenta "una ofensiva imperialista" con métodos "no convencionales" como la "guerra económica", a la que atribuye el descalabro del país petrolero.

"Venezuela está enfrentando una arremetida global que es contra toda América Latina y el Caribe" para tratar de "socavar los logros de la revolución" fundada por el fallecido líder Hugo Chávez (1999-2013), e imponer a las "oligarquías" tradicionales, afirmó, tras instalar la XVII Cumbre del NOAL en la Isla Margarita.

El presidente socialista, elegido para el período 2013-2019, prometió salir airoso de esos ataques para derrocarlo, que atribuye a una alianza entre la oposición venezolana y Washington.

Sus adversarios lo acusan de aferrarse al poder con los militares y el control de los órganos de justicia y electoral, para evitar que se realice este año un referendo revocatorio de su mandato, que según encuestas privadas es apoyado por ocho de cada diez venezolanos.

Maduro enfrenta una impopularidad del 75%, según las encuestas, ante la altísima inflación y la escasez de productos básicos que provocan largas filas para conseguir alimentos a precios subsidiados, en el país con las mayores reservas petroleras del mundo.

Abrumado por la crisis política y económica, Maduro busca un respiro en la Cumbre, a la que sólo asisten los mandatarios de Irán, Zimbabue, Cuba, Ecuador, Bolivia, El Salvador y la Autoridad Palestina, quienes le expresaron su respaldo.

"Reitero nuestra solidaridad con Venezuela y propongo que esta cumbre rechace todo intento de injerencia y desestabilización externas", manifestó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

Maduro recibió del presidente iraní, Hasan Rohani, la presidencia por tres años de este bloque que busca reinventarse en un mundo post-Guerra Fría, en cuyo apogeo nació hace más de medio siglo como alternativa a la bipolaridad de Estados Unidos y la Unión Soviética.

Al intervenir en la plenaria, el presidente de Cuba, Raúl Castro, aseguró que tras más de medio siglo de enfrentamiento en la Guerra Fría, su gobierno quiere tener "relaciones de convivencia civilizada" con Estados Unidos.

No obstante, denunció planes "subversivos e injerencistas" norteamericanos que impiden la normalización plena de las relaciones bilaterales, restablecidas en 2015.

Durante sus intervenciones, Maduro, Castro, Correa y el presidente boliviano, Evo Morales, volvieron a denunciar el "golpe de Estado parlamentario" en Brasil, a raíz de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por supuesta manipulación de cuentas públicas.

Lejos de la influencia internacional que tenía su mentor Chávez, Maduro ha perdido liderazgo ante el desplome de los precios del petróleo y el retroceso de la izquierda en la región.

De cara a una reunión de la OPEP a fines de septiembre en Argel, buscará respaldo a su campaña para congelar la producción global del crudo, en un intento por estabilizar los precios del llamado oro negro, del que depende el 96% de sus divisas.

De momento no está prevista una reunión entre los países productores del bloque.

Los detractores de Maduro aseguran que cada vez está más aislado. En vísperas de la Cumbre, los fundadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) anunciaron que asumirán de forma colegiada la presidencia semestral del grupo que le correspondía a Venezuela, argumentando que debe cumplir con compromisos económicos, comerciales y de derechos humanos.

"Es un golpe político muy fuerte para Venezuela", dijo a la AFP la analista Raquel Gamus, quien consideró además la Cumbre "de poca significación" para Venezuela. "Al país eso no le reporta ningún tipo de beneficios, sólo gastos".

La Isla Margarita ha sufrido un fuerte deterioro por la crisis. Pero estos días sus calles fueron arregladas, el agua no falta, los hoteles se llenaron y desaparecieron las filas en los supermercados.

Escenario de protestas contra el gobierno recientemente, en Margarita fueron detenidas decenas de personas hace dos semanas luego de que un grupo de vecinos protestó contra Maduro con un cacerolazo cuando caminaba por la calle.

En prevención de disturbios y para resguardar la seguridad de las delegaciones, unos 14.000 policías y militares vigilan la isla, los vuelos privados fueron prohibidos y a los aviones comerciales se les siguió un estricto control de pasajeros.

mis/axm

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