Renzi molesto con la UE, Italia teme nuevos nubarrones

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, manifestó este jueves su irritación con la Unión Europea, justo cuando el horizonte se oscurece para Italia debido a las dificultades para cumplir con sus compromisos en materia de déficit público.

Renzi recordó en un programa de radio que las normas europeas se respetan en algunos países, mientras otros se dan el lujo de incumplirlas sin repercusiones.

"Italia las cumple, otros países no", dijo.

El líder italiano se refería indirectamente a Alemania, país que suele ser acusado de tener un superávit comercial que supera ampliamente el 6% del PIB, el porcentaje recomendado por la UE.

"Si se aplican las reglas, se deben aplicar para todos", subrayó.

En Bratislava, donde se celebrará el viernes una cumbre informal de la UE, Renzi prometió dar voz a los países que están cansados de recibir la lista de tareas.

La economía italiana, lastrada por problemas estructurales así como por el impacto de Brexit y la falta de crecimiento, padece también por los bancos y por la inestabilidad política que genera la celebración en noviembre de un referéndum constitucional.

Los italianos deberán votar sobre una ambiciosa reforma del Senado, pero para muchos es un test sobre los dos años y medio de gobierno de Renzi, quien prometió renunciar al cargo si perdía.

Para tratar de reactivar el crecimiento que nunca ha dejado de tambalearse, Italia quiere que le autoricen mayor flexibilidad presupuestaria, pero la Comisión Europea no parece dispuesta a permitirlo.

El déficit público italiano se situó en el 2015 al 2,6% del PIB, frente al 3% en 2014.

Para 2016, Roma ha aprobado un presupuesto basado en un déficit del 2,3% del PIB, calculando un crecimiento del 1,2%, un cálculo que el gobierno está revisando a la baja.

A finales de septiembre serán anunciadas nuevas previsiones para este año.

"La economía va un poco mejor, pero no como nos gustaría. Estamos en alrededor del 1% (de crecimiento), lo cual es poco en comparación con nuestros sueños, pero mucho mejor que lo que ocurría en el pasado", reconoció Renzi.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula un crecimiento del 0,9% para este año en Italia, mientras la Confindustria, la confederación de industriales, es aún más pesimista: calcula un escaso 0,7%.

Después de tres años de recesión, Italia volvió a crecer en 2015, pero a un ritmo demasiado lento. El PIB creció un 0,8%, menos de la mitad del promedio de crecimiento registrado en los países de la zona del euro.

Con una deuda que subió al 132,6% del PIB a finales de 2015 y que sigue incrementándose desde entonces, Italia ha acumulado según los datos publicados por el Banco Central un pasivo de 2,2 billones de euros, lo que la convierte en uno de los países más endeudados del mundo.

Según las estimaciones de Confindustria podría llegar a 133,3% del PIB este año y a 134% para el próximo año.

"La recuperación del PIB se detuvo hace tres meses", sostiene Confindustria, que señala que entre 2000 y 2015, el PIB creció un 23,5% en España, un 18,5% en Francia y un 18,2% en Alemania, mientras que en Italia bajó un 0,5%.

"Hemos perdido 15 años", sostiene la entidad.

Para los industriales es "absolutamente necesario negociar márgenes de flexibilidad adicionales" y concentrar los recursos disponibles en apoyar la inversión privada y desarrollar infraestructuras.

En las últimas semanas, Roma ha movido sus peones, y pese al devastador terremoto que sacudió Italia en agosto, Bruselas parece mantener su posición.

"Italia ya goza de flexibilidad y debe cumplir con las normas presupuestarias, que son a la vez flexibles e inteligentes", recalcó la semana pasada el comisario europeo para los Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

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