El Royal Bank of Scotland (RBS) anunció este viernes una pérdida neta de 7.000 millones de libras en 2016, impactado por costes de reestructuración y provisiones para hacer frente a una posible multa ligada al escándalo de los créditos de alto riesgo en Estados Unidos.
El banco británico incrementó fuertemente su pérdida neta, que se elevaba a cerca de 2.000 millones de libras en 2015.
Sus continuas dificultades obligaron a RBS a anunciar un nuevo plan para ahorrar 2.000 millones de libras en los cuatro próximos años, 750 millones de los cuales en 2017, y mejorar su rentabilidad.
El Estado británico evitó la quiebra de RBS durante la crisis financiera y es titular todavía de alrededor del 73% de la entidad escocesa.
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