Alemania sigue en la línea dura frente a socios en crisis y frente a Draghi

  • El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, persiste en su línea dura frente a sus socios, de los que espera más sacrificios, y también frente al plan para reactivar el crédito a los países más endeudados que baraja el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.

Berlín, 12 may.- El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, persiste en su línea dura frente a sus socios, de los que espera más sacrificios, y también frente al plan para reactivar el crédito a los países más endeudados que baraja el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.

Según revela hoy el semanario "Der Spiegel", el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró contrario a la posibilidad de reactivar líneas de crédito -que irían en apoyo de la pequeña y mediana empresa-, como propuso esta semana Draghi.

El semanario remite esa información a unas declaraciones de Schäuble en un desayuno de trabajo con miembros del grupo parlamentario conservador, integrado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).

El mismo semanario informa en otro apartado de que el Ejecutivo de Merkel espera más sacrificios de sus socios de la zona euro afectados por la crisis, tanto Italia como Grecia, España y Francia.

Berlín considera que sus socios deben acometer más ajustes, en aras de la política de austeridad, para superar la crisis económica, y en el caso de España espera más reformas en el mercado laboral.

El semanario cita como fuente un balance parcial sobre el Pacto para el Crecimiento de la Unión Europea (UE), en el que se reconoce que todos los países miembros han llevado adelante "una movilización general" para reformar sus estructuras y competitividad.

Sin embargo, se perfila, en el caso de Italia, "más margen de maniobra para la liberalización del mercado laboral", apunta el semanario.

Una situación parecida se apunta en lo que concierne a Grecia y España, en los que se considera "imprescindible" llevar a cabo más reformas para "superar la rigidez" de su mercado laboral.

Finalmente, en el caso de Francia se considera que hasta ahora los planes de consolidación se han traducido esencialmente en un aumento de los ingresos, pero que no se ha reducido el gasto público.

El análisis del Gobierno de Berlín admite que las reformas precisan tiempo para que surtan efecto, aunque al mismo tiempo constata que es preciso lograr pronto algunos éxitos.

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