Angola, la ex colonia portuguesa "va de compras" por la antigua metrópoli

  • Bancos, empresas de telecomunicaciones, energía y medios de comunicación. Ningún sector se escapa en Portugal al poder del dinero angoleño, presente en algunas de las empresas lusas más representativas y cuya influencia se ha disparado en los últimos años, de forma paralela a la crisis.

Oscar Tomasi

Lisboa, 31 jul.- Bancos, empresas de telecomunicaciones, energía y medios de comunicación. Ningún sector se escapa en Portugal al poder del dinero angoleño, presente en algunas de las empresas lusas más representativas y cuya influencia se ha disparado en los últimos años, de forma paralela a la crisis.

El desembarco de la ex colonia en su antigua metrópoli, contra la que peleó durante 14 años hasta su independencia, en 1975, tiene dos grandes protagonistas: la petrolera estatal Sonangol e Isabel dos Santos, considerada una de las mayores fortunas del país y de Africa e hija del presidente angoleño, Eduardo José dos Santos.

Fuentes diplomáticas cuantifican la inversión de la ex colonia en Portugal en cerca ya de un 4 % del PIB luso, aunque la relevancia de Angola se entiende mejor si se tiene en cuenta el peso de los sectores a las que va dirigida.

"Más que el volumen de la inversión, lo importante es la calidad, y la participación angoleña en Portugal alcanza áreas vitales, como la banca, lo que desde el punto de vista de estrategia económico-financiera es destacable", reconoció recientemente el propio embajador del país africano en Lisboa, José Marcos Barrica.

La última inversión se produjo este mismo mes. Isabel dos Santos, a través de la firma Santoro, adquirió a la española Caixabank un 9,4 % del capital del Banco Portugués de Inversiones (BPI), una de las principales entidades lusas en la que se consolidó como segunda accionista, con cerca del 20 %.

De esta forma, la hija del máximo responsable del Estado y el Gobierno angoleño desde 1979 ha aprovechado la caída de las cotizaciones bancarias en la Bolsa de Lisboa para elevar su presencia en la entidad.

También participa en la empresa de telecomunicaciones Zon, mientras que Sonangol tiene posiciones en el Banco Comercial Portugues (BCP) y la petrolera Galp, dos de las mas importantes compañías lusas.

El semanario "Sol", el Banco Portugués de Negocios o grupos de comunicación como Impresa o Cofina tienen igualmente entre su accionariado capital angoleño.

La severa crisis que atraviesa Portugal, país intervenido por la UE y el FMI desde mayo de 2011, ha provocado al mismo tiempo la aparición de oportunidades de negocio a precios mas que asequibles para el país africano, que prevé crecer este año un 7 por ciento.

Oficialmente, las relaciones entre Angola y su antigua metrópoli van viento en popa y hay frecuentes viajes de miembros del conservador Gobierno luso a Luanda, en busca de negocios e inversión que ayuden a Portugal a salir de la crisis.

"Estoy seguro de que el ministro de Economía, Alvaro Santos Pereira, ha estado mas veces en Angola de las que se ha reunido conmigo", comento a EFE un conocido representante empresarial portugués, no sin cierta resignación.

No es una reacción aislada. Son muchos los que en Portugal ven con cierto recelo el ascenso de influencia del país africano.

Según explicó a EFE un analista de una firma financiera portuguesa que pidió no ser identificado los negocios con Angola se consideran delicados por sus cuestiones internas y el problema de la corrupción.

Jose Eduardo dos Santos ejerce un gran poder en su país, en el que diversas organizaciones internacionales han criticado la falta de respeto a las libertades individuales o episodios como el retraso de los comicios presidenciales de 2009 al próximo 31 de agosto.

Pese a sus altas tasas de crecimiento y la abundancia de petróleo, diamantes y oro, Angola es uno de los países con menor esperanza de vida del mundo (55 años) y presenta muy elevadas tasas de mortalidad infantil.

Desde las altas esferas lusas, sin embargo, se defiende el fortalecimiento de las relaciones con la antigua colonia y el propio jefe del Estado, el conservador Anibal Cavaco Silva, dijo la semana pasada que "los capitales angoleños son bienvenidos".

El mejor reflejo del poder del dinero de Angola en Lisboa está en las lujosas tiendas que jalonan la céntrica Avenida Liberdade (Louis Vuitton, Carolina Herrera, Prada, Hugo Boss...) donde el "kwanza", su moneda, es el "rey".

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