Argentina activa motores presionada por su necesidad energética

  • Argentina dio en los últimos días señales concretas para atraer inversiones en el sector de los hidrocarburos y aumentar la producción de petróleo y gas agobiada por una creciente demanda que le obliga a multimillonarias importaciones que hacen mella en sus cuentas públicas.

Natalia Kidd

Buenos Aires, 29 nov.- Argentina dio en los últimos días señales concretas para atraer inversiones en el sector de los hidrocarburos y aumentar la producción de petróleo y gas agobiada por una creciente demanda que le obliga a multimillonarias importaciones que hacen mella en sus cuentas públicas.

Esta semana el Gobierno argentino logró que Repsol aprobara un preacuerdo para lograr una solución definitiva al conflicto abierto en mayo del año pasado por la expropiación de una participación del 51 % de la española en YPF, la mayor productora de hidrocarburos del país suramericano.

Tras el visto bueno dado por Repsol, que ahora dará paso a la negociación detallada de cómo se hará efectiva la compensación por la expropiación, el Gobierno argentino afirmó que una solución a esta controversia abrirá definitivamente las puertas a nuevas inversiones en el sector.

Ya en julio pasado el Gobierno de Cristina Fernández había creado un nuevo marco de estímulos, con importantes beneficios económicos, para petroleras que presentarán proyectos de inversión superiores a los mil millones de dólares.

Pocos días después, la estadounidense Chevron firmó un acuerdo de asociación con YPF para la explotación de un área de Vaca Muerta, la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales del suroeste de Argentina y que para su desarrollo completo requerirá inversiones por 250.000 millones de dólares y varios años de trabajo.

En octubre pasado se sumaron a los beneficios la francesa Total, la alemana Wintershall Energía y Pan American Energy, de capitales argentinos y chinos, con un plan conjunto por mil millones de dólares para la cuenca marina Austral.

Ahora, el Gobierno ha decidido extender a pequeñas y medianas petroleras los subsidios económicos que ya da a nueve grandes compañías del sector por producir gas natural por encima de su media histórica y que ha venido en declinación.

El plan de incentivos a la producción de gas natural ya vigente para las grandes petroleras permitirá, según datos oficiales, lograr para 2017 una inyección adicional de 20 millones de metros cúbicos diarios de gas, con inversiones por 10.600 millones de dólares y una ahorro de divisas de 15.000 millones de dólares.

El nuevo programa para las pymes petroleras añadiría a ello, si se adhiere el medio centenar de empresas con estas características, sumar para 2017 otros 5 millones de metros cúbicos de gas por día, con inversiones por 2.500 millones de dólares y una reducción de importaciones por 3.000 millones de dólares.

Al presentar este jueves el nuevo plan, el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, dijo que con estas medidas se busca "conseguir nuevamente la soberanía en materia de hidrocarburos, es decir, que la balanza comercial-energética de Argentina vuelva a tener un signo positivo".

Kicillof recordó que, debido a la fuerte demanda de energía en consonancia con el "enorme" crecimiento económico del país en los últimos años, Argentina, cuyos yacimientos convencionales son maduros, se ve obligada a importar gas natural de Bolivia y gas licuado de otros mercados a precios muy altos.

Analistas del sector coinciden en que, más allá de la fuerte demanda, Argentina no supo dar las señales correctas al mercado, con precios al productor por debajo de los niveles internacionales y cambios en las reglas de juego que desmotivaron la inversión.

Así, en los últimos diez años las reservas de petróleo cayeron un 50 % y las de gas, el 12 %.

Todo el cuadro trae al país problemas en su balanza de pagos: como consecuencia de importaciones de combustibles que crecieron a una tasa anual del 22 % entre 2000 y 2012, según consultores privados, el déficit energético crece y este año cerrará en 6.500 millones de dólares.

Además, la escasez de energía impone limitaciones a la actividad económica en general y hace vulnerable al país, ya que su crecimiento depende de sus posibilidades de importación de combustibles.

Pese a todo, en el Gobierno se esfuerzan por mostrar señales entusiastas.

"No me cabe duda de que con estos planes en marcha y el exponencial plan de inversión de YPF se reducirán a cero las importaciones de energía en los próximos años, alcanzando el objetivo de autoabastecimiento", dijo este jueves el ministro de Planificación, Julio de Vido, responsable de la política energética de Argentina desde 2003.

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