Austrian Airlines como ejemplo de empresa estatal obligada a transformarse

  • Con apellido germano y corazón mexicano, Jaan Albrecht lleva desde 2011 al frente de Austrian Airlines (AUA), una compañía en pleno saneamiento que pone como ejemplo de antigua empresa estatal obligada a transformarse, algo que, opina, varias compañías latinoamericanas ya han logrado.

Jordi Kuhs y Antonio Sánchez Solís

Viena, 6 jul.- Con apellido germano y corazón mexicano, Jaan Albrecht lleva desde 2011 al frente de Austrian Airlines (AUA), una compañía en pleno saneamiento que pone como ejemplo de antigua empresa estatal obligada a transformarse, algo que, opina, varias compañías latinoamericanas ya han logrado.

En una entrevista concedida a Efe en Viena, el ejecutivo nacido en Puebla en 1955 asegura que ha sido "muy complejo" motivar y hacer entender a los empleados y sindicatos de AUA que el sector está enfrentado "una necesidad brutal de transformación".

Albrecht llegó en noviembre de 2011 al puesto de presidente ejecutivo de AUA desde la dirección de Star Alliance, la red que agrupa servicios de 28 aerolíneas, que lideró durante 10 años.

Desde el primer día en AUA, el mexicano se enfrentó al reto de sanear la antigua compañía de bandera austríaca, adquirida en 2009 por la alemana Lufthansa cuando estaba al borde de la quiebra.

Una situación que requiere, destaca Albrecht, que la compañía evolucione desde la mentalidad de aerolínea estatal, con convenios colectivos de los años 70 y 80, a otra con contratos más flexibles y modernos "que se apeguen a la realidad, a la gran competencia que se está teniendo de aerolíneas como las de bajo costo".

Con todo, Albrecht ve con "mucho optimismo" el futuro del sector y confía en que la aviación esté atravesando "la parte ascendente de un ciclo más bien negativo", aunque reconoce que en Europa la situación es más complicada que en otras regiones, como América Latina.

El mexicano se refiere, aparte de a la crisis económica, a las trabas por parte de los Gobiernos, como las tasas aeronáuticas impuestas en Alemania o Austria, las restricciones a vuelos nocturnos o a la construcción de nuevas terminales o pistas.

Albrecht acusa a los políticos europeos de no ver la industria de la aviación "como un parte del crecimiento, como una parte de la expansión posible de la globalización".

Respecto a Latinoamérica, donde trabajó durante 28 años, primero como piloto de los Boeing 727 en la entonces Mexicana, luego como gestor en esa misma empresa y más tarde como presidente de AeroPerú (a la que tuvo que cerrar ante las enormes pérdidas), Albrecht ve un panorama de continuo desarrollo.

Si hace una década las compañías de la región tenían un historial de accidentes y sólo había unas cuantas aerolíneas con "credibilidad internacional", hoy día se ha dado "un vuelco a la aviación civil en Latino América".

"Es impresionante: las aerolíneas (latinoamericanas) son de las más eficientes", insiste Albrecht en relación a compañías aéreas como Lan, Copa o Avianca.

"Tiene usted inversión en infraestructura, en nuevos aeropuertos; en seguridad se ha invertido muchísimo. Los índices de seguridad en Latinoamérica son casi los mismos que en el resto del mundo desarrollado", señala.

"Es decir, Latinoamérica se ha desarrollado de veras a nivel de cualquier otra zona en la aviación civil que ha estado en los primeros lugares", destaca Albrecht, padre de tres hijas y casado con una mexicana de ascendencia germana como él mismo.

Unos avances que cree no deben quedar lastrados por elementos como los limites gubernamentales a la participación extranjera en las aerolíneas y en los que las fusiones, como el de la chilena Lan con la brasileña TAM, o la fusión de TACA con la colombiana Avianca, tienen un papel esencial.

Según Albrecht, esas fusiones ayudarán a fortalecer la industria y crear empresas fuertes con recursos suficientes para invertir en nuevas tecnologías, necesarias para poder ser más eficientes y consumir menos combustible.

Un proceso de concentración que también se ha dado en Europa (Iberia-British Airways, KLM-Air France, Lufthansa-Swiss-Austrian) y que el mexicano cree que redundan en beneficio del pasajero.

"Yo creo que el gran beneficiado, el gran ganador de las fusiones es precisamente el consumidor", ya que la guerra de precios entre las 300 aerolíneas que existen en el mundo provocan que se debiliten y no tengan dinero para nuevos aviones e infraestructuras.

Empresas más fuertes y con finanzas más solidas pueden "pensar a mediano y largo plazo, en hacer inversiones multimillonarias, en nueva infraestructura, en nuevos aviones", dice.

Respecto a su futuro personal y a un posible regreso a México, Albrecht recuerda que ahí tiene "la familia, las raíces", pero que aún le queda mucho por hacer en Austrian, donde ha tenido que aplicar "medidas muy fuertes" (como un cambio en el convenio colectivo de pilotos), que asegura ya están teniendo éxito.

"Yo sí quisiera dejar una empresa estable, totalmente sólida, precisamente pensando en inversiones en equipo nuevo, formando parte importante dentro del grupo Lufthansa y después de eso, pues veremos que es lo que nos trae el futuro", concluye.

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