Barcelona recupera la normalidad tras acoger la edición más exitosa de Mobile

Por Gemma Bastida

Barcelona, 28 feb.- Finalizado el Mobile World Congress (MWC), que esta semana ha congregado en Barcelona a más de 80.000 asistentes, la capital catalana recupera su pulso normal, aunque son muchos los congresistas que alargarán su estancia hasta el fin de semana para poder conocer y disfrutar con más calma de la ciudad.

Durante cuatro días, entre el 24 y el 27 de febrero, el mayor congreso mundial de la tecnología móvil ha revolucionado la ciudad, que se ha volcado en garantizar el buen funcionamiento de un evento que sólo este año ha dejado 356 millones de euros en Barcelona y su área metropolitana.

Sectores como el hotelero, el transporte privado, el ocio o la restauración han hecho su particular agosto en pleno invierno, ya que los congresistas han llenado hoteles y restaurantes y han movilizado autocares y flotas de vehículos de lujo de toda España para asegurar la comodidad de los máximos directivos de las principales empresas tecnológicas en sus desplazamientos.

Pero para la ciudadanía, el congreso también ha tenido sus contras, especialmente en el ámbito de la movilidad.

Y es que estos días era difícil encontrar un asiento libre en el metro, lleno a rebosar, y también en los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), que enlazan Barcelona ciudad con el recinto ferial de Gran Vía, en el municipio vecino de L'Hospitalet de Llobregat, donde se celebra el MWC.

El tráfico de Barcelona y sus alrededores también se ha visto agravado durante el Mobile y atascos kilométricos han atrapado, sobre todo durante las primeras horas de la mañana, a barceloneses y a los propios congresistas, entre ellos el consejero delegado de la fabricante taiwanesa de teléfonos inteligentes HTC, Peter Chou.

El día de la inauguración del MWC, Chou se vio envuelto en un gran atasco circulatorio y no dudó en apearse del vehículo y pedir la ayuda de un motorista para llegar a tiempo a una reunión en el congreso.

HTC busca ahora al motorista anónimo, de unos 45 o 50 años, que pilotaba la Honda Scoopy de color verde y con matrícula amarilla que ayudó, sin saberlo, al máximo directivo de una de las mayores empresas del mundo del sector de la telefonía móvil.

Buena parte de los congresistas regresaron ayer a sus países, aunque muchos otros los harán hoy y los más afortunados alargarán un poco más su estancia en la ciudad.

La mayoría de asistentes volverá a sus países en avión, a través del aeropuerto de Barcelona El Prat, que este fin de semana espera recuperar ya la actividad propia de un fin de semana habitual.

Se calcula que unos 60.000 asistentes al Congreso Mundial de Móviles habrán utilizado las instalaciones de El Prat para llegar a Barcelona o para regresar a sus países de origen.

También el tráfico de la ciudad ha disminuido notablemente hoy y los accesos a Barcelona han sido mucho más fluidos.

El retorno a la rutina se ha notado asimismo en el transporte público, como el metro y el autobús, y especialmente en los Ferrocarrils, que durante los cuatro días del Mobile han aumentado su flujo de viajeros en un 160 % respecto a un día laborable.

Aunque el Mobile ya ha cerrado sus puertas en la Fira de Gran Vía, el recinto ferial sigue registrando una intensa actividad, ahora con los trabajos de desmontaje de los expositores, que durarán cinco días, hasta el 5 de marzo.

Se calcula que unas 750 empresas y más de 6.800 personas habrán participado en las tareas de montaje y desmontaje de las instalaciones de las más de 1.800 compañías que han mostrado sus novedades en el salón.

Quienes echarán de menos a los congresistas serán los hoteleros de la ciudad, que de lunes a miércoles lograron un 100 % de ocupación y que el fin de semana previo al congreso alcanzaron un 80 %, con los precios de las habitaciones por las nubes.

Cerrada esta última edición, el Congreso Mundial de Móviles ha dejado un buen sabor de boca tanto a la organización, que ha tildado esta edición de "éxito rotundo", porque se han vuelvo a batir todos los récords del salón, como a las administraciones catalanas.

El Mobile, con sus pros y sus contras, ha alterado por unos días la normalidad de una ciudad que hoy, con la satisfacción del éxito, vuelve a retomar su ritmo habitual.