Barclays cambia de opinión y no ve tan imprescindible el rescate de España

  • Barclays cambia de opinión y ahora ya no ve tan imprescindible que España pida un rescate, pues cree que el país puede continuar sin ayuda del exterior y valora que el Gobierno haya insistido en que no recurrirá a la asistencia a menos que sea estrictamente necesario.

Madrid, 18 ene.- Barclays cambia de opinión y ahora ya no ve tan imprescindible que España pida un rescate, pues cree que el país puede continuar sin ayuda del exterior y valora que el Gobierno haya insistido en que no recurrirá a la asistencia a menos que sea estrictamente necesario.

En un informe publicado hoy, los expertos del banco británico admiten que en 2012 consideraban que España estaría probablemente mejor bajo un programa de ayuda que activara la compra de bonos por parte del BCE y rebajara el coste de financiación del país.

Sin embargo, en las actuales condiciones del mercado ven posible que España "pueda ir por libre", aunque advierten de que eso exigirá a los bancos nacionales y a los inversores extranjeros comprar más deuda que el pasado año.

Ante esas previsiones, insisten en que sería "probablemente más fácil" para España si pidiera ayuda porque eso también facilitaría las condiciones de financiación para el resto de la economía.

En cualquier caso, lo ven como algo menos probable, aunque no prevén que en los próximos meses haya una reducción de los costes de financiación para el país tan rápida como anteriores ocasiones.

Ahora los expertos del banco prevén un escenario de referencia para España sin un programa de ayudas, aunque insisten en que la probabilidad sigue siendo elevada, no muy lejos del 50 %, pero por debajo.

Además, señalan que hay varios supuestos que podrían provocar un cambio en el sentimiento del inversor hacia España como riesgos a la baja en el crecimiento económico o desviaciones presupuestarias.

Barclays calcula que el déficit en 2012 pudo rondar el 7,5 % del PIB, frente al objetivo del 6,3 %, y advierte de que esto podría ser decepcionante para el mercado, aunque no lo perciben como un desencadenante para los mercados.

Por el contrario, un déficit de más del 8 % del PIB provocaría que los inversores perdieran el apetito por los bonos españoles, lo mismo que sucedería si la economía cayera más de lo previsto.

Por todo eso, concluyen que el Gobierno todavía tendrá que tomar medidas fiscales adicionales y reformas estructurales en las áreas que son extraordinariamente sensibles, como la sanidad o el sistema público de pensiones.

A juicio de Barclays, España no puede permitirse un estado del bienestar muy generoso, especialmente porque parte de los ingresos fiscales se han evaporado para siempre.

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