Berasategui y De Jorge proponen que cocinar sea tan placentero como comer

  • Pilar Salas.

Pilar Salas.

Madrid, 30 oct.- Son felices con lo que hacen y se les nota mucho. Por eso y ante este entorno de pesimismo Martín Berasategui y David de Jorge, responsables del exitoso programa de la televisión vasca "Robin Food. Atracón a mano armada", comparten ahora su recetario para que cocinar sea tan placentero como comer.

"Más de 999 recetas sin bobadas" (Debate), es un "hijo" de esta "pareja de hecho" formada por dos cocineros que comparten más de media vida juntos y que se prodigan halagos mutuos con profusión. Berasategui dice de De Jorge que es "sin la menor duda, el mejor cocinero joven" que ha visto en el mundo; para él, Martín es "el maestro" con el que soñaba ser de pequeño.

Aunque el título engañe, son más de 1.100 recetas que han saltado de la ETB2 al papel, producto de cuatro temporadas y casi 600 programas que continuarán con De Jorge al frente, Berasategui como estrella de los jueves e invitados de plural trapío, de Juan Echanove a Andreu Buenafuente pasando por Alberto Chicote o Quique Dacosta.

En época de crisis, dice De Jorge en una entrevista con Efe, "hay que quedarse en casa y que salga humo por la chimenea", lo que equivale a una invitación para disfrutar cocinando y compartir después con familiares o amigos esa felicidad gastronómica.

"Es una cocina sin chorradas, no se permite nada tóxico", apostilla el tres estrellas Michelin Berasategui -en cuyo restaurante, del que es socio De Jorge, se graba el programa- con materias primas sencillas que permiten "un viaje al paraíso de lo auténtico, unas cuchipandas a precio de risa para tomar una copa y brindar por la vida".

"Sabios trucos" con los que cocinar desde el huevo frito perfecto, "perdiéndole el miedo a hacer de todo", como organizar "un gran banquete en casa por poco dinero", dice Berasategui, quien recuerda que la longevidad ganada por los españoles se debe a la dedicación a los fogones de nuestras abuelas.

Y es que, destaca De Jorge, "saber cocinar es un arma impresionante". Por ello en este recetario propone utilizar el microondas o la olla a presión para alimentos de temporada o congelados, asequibles, "haciendo cultura plato a plato".

Con una precisión: "A partir de este libro, los 'cocinitas' disfrutarán tanto o más que el que está sentado en su mesa. No sólo recibirán los halagos de los comensales, sino que podrán compartir mantel con ellos", sin esperas mientras se acaba de cocinar el segundo plato.

Y de eso se trata. De recetas de mercado, fáciles y asequibles, con las que compartir mesa y mantel (y halagos) con los invitados, incluso para aquellos que dicen que no sirven para cocinar porque, resalta Berasategui, es "Robin Food en plena orgía".

Heredero de maestros gastronómicos televisivos como Pedro Subijana o Karlos Arguinaño, un incombustible "animal mediático" como De Jorge propone en tiempos de crisis para el día a día "poner muchos cocidos al fuego" para que nos llenen la nevera durante toda la semana, desde la sopa a los garbanzos "salteados o en ensalada" a unas carnes que nos aliñarán croquetas o pasta, sin olvidar una crema de verduras.

Para ocasiones especiales, disponibles también en el recetario que se acaba de publicar, Berasategui elabora un menú asequible para los negados en la cocina y todos los presupuestos a base de lenguado con vinagreta de almejas y crema de alcachofas con "foie".

Destaca Berasategui sobre este libro que supone compartir la "generosidad" de una espléndida y divertida cocina -se incluyen además recetas de una veintena de los más reconocidos chefs del país- después de una época en la que era inusual compartir recetas.

"Es inconcebible -recogen los autores citando a Joseph Conrad en la presentación del libro- que el objetivo de un libro de cocina sea otro que acrecentar la dicha de la humanidad". Palabras como "diversión", "alegría" o "buen rollo" se han repetido en esta entrevista como ejemplo de ello.

A la espera de "Robin Food" salte a la televisión nacional, estas personas que se "dejan la vida por el arte gastronómico" sólo pretenden compartir su felicidad para que el resto sea partícipe en unos tiempos lúgubres "en los que se asusta con cosas que no van a pasar nunca", asevera un optimista hasta la médula Berasategui.

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