Bienvenidos a Brasil, pero no gratis

  • Brasil se ha convertido en uno de los destinos de inversión más importantes del mundo ahora que las empresas buscan mercados florecientes en medio de la crisis de EEUU y Europa. Y aunque Brasil se esfuerza por atraer el capital extranjero no esta dispuesto a ceder en todo.
     
El crecimiento de la economía brasileña se frena en el tercer trimestre
El crecimiento de la economía brasileña se frena en el tercer trimestre
Jill Langlois, Sao Paulo (Brasil) | GlobalPost

Fue un anuncio que regocijó enormemente a los brasileños.

BMW, el fabricante alemán de automóviles de lujo, anunció que este año contemplaba abrir su primera fábrica de Latinoamérica en su país.

El anuncio fue otra señal de confianza en Brasil, un mercado cada vez más ascendente y emergente que ha experimentado un rápido crecimiento. Brasil se ha convertido en uno de los destinos de inversión más importantes, ahora que las empresas buscan mercados florecientes en medio de la crisis que afecta a los países de EEUU y Europa.

A su vez, Brasil se ha esforzado por atraer a los inversores con la promesa de un entorno favorable para las empresas y la oportunidad de un crecimiento vigoroso.

Brasil ha estado creciendo a un ritmo rápido, pero se ha desacelerado en el último año y las proyecciones de crecimiento son más moderadas para el próximo año. El Gobierno ha estado trabajando para seguir creciendo y se prepara para acoger la Copa del Mundo en 2014, y los Juegos Olímpicos dos años después.

Sin embargo, el continuo crecimiento requiere más inversión extranjera.

El mercado de automóviles de lujo ha estado cerrado para todos excepto para los brasileños más pudientes, ya que los vehículos importados son más costosos. Con BMW fabricando coches en líneas de montaje en Brasil, las ventas probablemente se elevarían entre los brasileños conscientes de su estatus.

Así que BMW quería establecer su negocio en el país más grande de América del Sur, con su centro de negocios en auge y su potencial para efectuar grandes ventas.

Y luego Brasil devolvió el golpe.

Fue un paso audaz en un país en desarrollo. Tradicionalmente, los países hambrientos de inversión han estado dispuestos a ofrecer enormes concesiones para atraer a empresas extranjeras. Pero Brasil, un miembro influyente de las poderosas naciones BRIC, se ha vuelto en contra de ese modelo. 

Unos impuestos altos significan una reducción del potencial de crecimiento para Brasil, una reducción en el nivel de empleo y del ingreso nacional", ha declarado Celso Cláudio Hildebrand e Grisi, profesor de economía en la Universidad de Sao Paulo, que está especializado en mercados internacionales. Dice que unos mayores impuestos desalentarían a las empresas extranjeras de establecerse en Brasil.

La presidenta Dilma Rousseff, que rara vez se atiene a las reglas, ha dicho públicamente que elevó los impuestos para mantener a las empresas extranjeras bajo control.

"Todas las empresas que se están quejando no fabrican nada aquí en Brasil", dijo  Rousseff en una reciente entrevista televisiva. "Lo que queremos es que las empresas extranjeras vengan a Brasil. Así que para no pagar impuestos más altos, tienen que producir aquí, tienen que crear puestos de trabajo para los brasileños".

Receita Federal, el brazo financiero del Gobierno que regula los impuestos, no respondió a las peticiones de concedernos una entrevista.

Las empresas extranjeras se han rebelado.

El Tribunal Supremo de Brasil retrasó el impuesto hasta diciembre, lo que ha llevado al menos a una empresa, Chery, a apresurar el desarrollo de su planta para evitar el tramo impositivo más alto antes de comenzar su producción.

JAC Motors, una empresa de automóviles con sede en China, ha detenido la construcción de su primera planta en Brasil, mientras negocia con el Gobierno. Sin embargo, ha decidido no elevar los precios de sus coches para los compradores hasta que haya vendido su stock actual.

Sergio Habib, un representante de JAC Motors, ha dicho que sería imposible para la empresa fabricar el 65 por ciento de los componentes de sus coches con la oferta local.

Japón (fabricante de Toyota y Honda) y Corea del Sur (fabricante de Kia, Hyundai y Daewoo) han llevado sus quejas a un nivel más alto, enviando una advertencia directa a Brasil a través de un comité de la Organización Mundial del Comercio. Los dos países asiáticos demandan que el tratamiento que hace Brasil de los coches extranjeros va en contra de las regulaciones de la OMC relativas a la inversión comercial.

Brasil también está en conversaciones con BMW, que ha puesto otra opción sobre la mesa: la construcción de la planta en Rusia, la India o China, los compañeros BRIC de Brasil.

 

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