Este martes se ha urgido desde CCOO y UGT a desbloquear las negociaciones para acordar convenios colectivos, por medio de sus respectivos secretarios generales, Unai Sordo y Pepe Álvarez, con el objetivo de garantizar un equilibrio en las relaciones laborales, así como que las ayudas públicas a las empresas tengan también repercusión en las condiciones y los salarios de las plantillas de trabajadores.
El dirigente de UGT, Unai Sordo, ha querido dejar claro que "o hay reparto o hay conflicto", en declaraciones a los medios antes de participar junto a Pepe Álvarez en el 'Acto Cultural por un Trabajo Decente', organizado en el Teatro Filarmónica de Oviedo, en compañía de los secretarios generales de CCOO y UGT de Asturias, José Manuel Zapico y Javier Fernández Lanero.
Ambos líderes sindicalistas también aprovecharon su presencia en la capital asturiana para reivindicar la conexión de la actuación de los sindicatos con la cultura y la sociedad civil, al tiempo que han mandado su "solidaridad" a los compañeros y compañeras convocantes de la huelga del metal en Cádiz, que han hecho extensiva al metal en Alicante, a trabajadores del comercio y de la hostelería o del sector de supermercados.
Álvarez ha resaltado estar en un "momento especialmente importante; tenemos abierta una mesa de negociación de la que queremos que cambie sustancialmente el sistema de relaciones laborales de nuestro país y queremos hacerlo a partir de la negociación colectiva". Asimismo, Unai Sordo ha reclamado "dar carpetazo" a la reforma laboral del PP de 2012, que considera "la culpable de muchos de los bloqueos de la negociación colectiva y de los convenios colectivos que se vienen produciendo en España en la última década".
El secretario general de UGT también ha querido reprochar la "actitud premeditada" de organizaciones empresariales que, en lugar de mostrar "el nivel de corresponsabilidad suficiente", bloquean la negociación colectiva "después de chupar del bote" recursos públicos, y ha apuntillado que "o hay reparto o hay conflicto. Si no se mejoran los salarios, los conflictos laborales en empresas y en sectores están garantizados".
Algunos de los principales objetivos resaltados por los líderes sindicales han sido acabar con la precariedad y la temporalidad, reforzar la Inspección de Trabajo para que se convierta en una "máquina antifraude", elaborar una tabla de sanciones que disuada a las empresas de contrataciones irregulares, o la regulación de los ERTE.
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