Cómo empezar a invertir en bolsa desde cero: primeros pasos

Los ahorradores tienen múltiples opciones de sacar rentabilidad a su dinero. El rendimiento dependerá del riesgo asumido. La inversión en bolsa es una opción. Se trata de un mercado que actúa como punto de encuentro entre inversores y empresas que necesitan financiación. La Comisión Nacional de Mercados de Valores (CNMV) explica que en las bolsas de valores “se negocian acciones y valores convertibles o que otorguen derecho de suscripción. También se contrata renta fija, tanto pública como privada, así como warrants, certificados y fondos cotizados”.

No obstante, las acciones son los productos financieros más conocidos. Una acción es “un valor que representa una parte proporcional del capital de una empresa”. Las acciones se negocian en el mercado y en función de la oferta y la demanda se fija el precio de compra. Así, cuanta más demanda haya, más subirá el precio. O cuando hay poca oferta, también costará más comprar una acción. Las acciones se pueden negociar en el mercado durante la sesión, con horario de 8:30 a 17:35.

A la hora de invertir en bolsa, entre otros objetivos, los inversores buscan obtener una rentabilidad. Es posible obtenerla de dos maneras: plusvalías por la evolución de la cotización o reparto de dividendos entre accionistas. En primer lugar, el inversor puede analizar la evolución de la cotización, que puede generar plusvalías o minusvalías, en función de la diferencia entre el precio de compra y de venta de la acción. Además, cada empresa aprueba una política de retribución que determinará qué parte del beneficio se reparte entre los beneficios.

¿Cómo invertir?

El primer paso para invertir es recurrir a una empresa de servicios de inversión. El mercado no está abierto directamente para los inversores, sino que para operar es necesario tramitar las órdenes a través de un intermediario financiero autorizado. Esto último es importante para tener garantía. “Lo más importante es asegurarse de que está registrado en la CNMV y autorizado para prestar servicios de inversión”, explica el regulador financiero. Esta información está disponible en los Registros Oficiales de la CNMV.

Estos intermediarios cobran comisiones por los servicios que prestan. Los expertos recomiendan conocer las tarifas de antemano para valorar la inversión, ya que supone un gasto añadido que restará rentabilidad. Una vez elegido el intermediario, el inversor deberá abrir una cuenta de valores a través de la que se podrá ejecutar la compra y venta de acciones. Las operaciones con acciones, denominadas órdenes, se pueden ejecutar de forma presencial, por teléfono o por medios electrónicos. Cada intermediario puede ofrecer diferentes servicios.

Las órdenes

Bolsas y Mercados Españoles (BME) -operador de la bolsa española- explica que el inversor puede cursar tres tipos de órdenes en función del precio: órdenes limitadas, de mercado o por lo mejor. Las primeras "son las propuestas de compra o venta introducidas con un precio límite”. Es decir, no se pueden negociar a un precio superior al límite y una propuesta de venta no se puede negociar a un precio inferior al límite. En el caso de las órdenes de mercado son propuestas que se negocian contra las mejores órdenes del lado contrario del mercado. Por su parte, las órdenes lo mejor, se introducen sin precio, limitándose al mejor precio de la parte contraria del mercado.

Una vez realizada la inversión, es recomendable realizar un seguimiento. “No es ni necesario ni aconsejable estar siempre pendiente de las cotizaciones bursátiles, pero sí conviene vigilar otros aspectos que te pueden afectar, como las perspectivas y evolución del negocio, las variaciones en la estructura de capital de la compañía o su política de dividendos”, indica la CNMV.