Cómo empezar a invertir en acciones de Amazon

A la hora de invertir en la bolsa, existen multitud de opciones. Entre los productos de inversión, las acciones son habitualmente los más populares, un valor que representa una parte proporcional del capital de una empresa. Pero, además, existen diferentes empresas en las que comprar acciones, según sectores de actividad y mercado geográfico en el que opera.

La elección de dónde invertimos se debe tomar en base al perfil del inversión. Es decir, no todos los inversores tienen las mismas condiciones financieras, ni objetivos a cumplir. Esto determinará el nivel de riesgo que se puede o quiere asumir. El riesgo es uno de los principales puntos a tener en cuenta, qué nivel de beneficio o pérdida espera aplicar a la inversión según la aversión al riesgo.

No obstante, en muchas ocasiones los inversores también quieren invertir en empresas que conocen. Por ejemplo, Amazon, dedicada al comercio electrónico y que también ofrece otros servicios de vídeo y música o servicios en la nube. Amazon cotiza en Wall Street, el mercado bursátil de referencia, desde 1997. Es decir, hay que acudir a este mercado para poder comprar acciones.

Cotiza en Wall Street

Como ocurre con la inversión en bolsa española hay que recurrir a un intermediario financiero autorizado y que tenga disponible la inversión en bolsa americana. Este servicio está disponible en la mayoría de intermediarios, aunque hay que tener en cuenta que algunos cobran una comisión mayor por invertir en un mercado extranjero.

Amazon es la quinta mayor compañía del mundo por capitalización bursátil. Actualmente, vale en bolsa 1,42 billones de dólares (130 millones de euros) y cada acción cotiza en 138,41 dólares. Este precio puede ser muy elevado para algunos inversores, pero también es posible invertir en Amazon sin necesidad de pagar el importe completo que supone una acción.

Acciones fraccionadas

Una alternativa son las acciones fraccionadas, permiten invertir a un precio más reducido a cambio de tener la propiedad de solo una parte de la acción. Es decir, una parte aún más pequeña del capital de la empresa y todos los derechos y obligaciones se reparten con el resto de propietarios de la acción en común.

Se trata de una práctica habitual que ofrecen los brókeres actualmente. De esta manera, permite se puede invertir cantidades más pequeñas de dinero en la bolsa y también ser parte de empresas cuya cotización es más elevada. No obstante, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advierte que son "un instrumento derivado con unas características y riesgos diferentes a los de las acciones".

Comprando acciones fraccionadas, el inversor estaría asumiendo un riesgo de mercado y, a la vez, un riesgo de contraparte con el intermediario”. En ese sentido, la CNMV también destaca que las acciones fraccionadas “no pueden ser compradas a nombre del cliente y consisten en un tipo de contrato bilateral entre el intermediario y el cliente, con las características específicas de un CFD o instrumento similar, y apalancamiento cero”.

Fondos de inversión

Para evitar este riesgo, una forma de compartir la inversión en una empresa son los fondos de inversión. Son un instrumento de inversión colectiva. Cada fondo se compone de las aportaciones de los inversores, denominados partícipes. Y cada uno es propietario de una parte del patrimonio del fondo, en proporción al valor de sus aportaciones. Los aumentos o disminuciones del valor del patrimonio se atribuyen proporcionalmente a los partícipes.

El fondo lo crea una entidad, la gestora, que es la que invierte de forma conjunta esas aportaciones en diferentes activos financieros (renta fija, renta variable, derivados o cualquier combinación de estos, etc) siguiendo unas pautas fijadas de antemano en el folleto informativo del fondo. En concreto, en ese folleto el inversor conocerá la política de inversión, tipo de activos, el nivel de riesgo o las comisiones asociadas.