¿Cómo funciona un pagaré?

  • El preconcurso presentado por Nueva Rumasa ha desatado las alertas entre los 5.000 inversores que acudieron a las diferentes emisiones de pagarés del hólding. ¿Podrán cobrar su dinero?, ¿cómo funcionan estos instrumentos? Aquí tienes las respuestas.
La CNMV recibe consultas de inversores sobre Nueva Rumasa
La CNMV recibe consultas de inversores sobre Nueva Rumasa
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El pagaré es un título de crédito cuyo funcionamiento podría resumirse en que una persona o sociedad (en este caso, Nueva Rumasa) se compromete a abonar a otra una suma de dinero en un tiempo determinado.

Esta forma de pago es muy habitual entre las empresas no cotizadas, especialmente dentro del sector constructor.

En casos de falta de liquidez, esta promesa de pago se puede cobrar antes del vencimiento, siempre que previamente se cuente con una línea de descuento y el visto bueno del banco. Es lo que se conoce como "descuento de pagaré".

El principal riesgo de estos títulos es que el pagador no satisfaga la cantidad convenida.  Aquí, los problemas son mayores cuando el pagaré se han emitido "no a la orden", lo que significa que, en caso de impago, la empresa que lo ha extendido no se hace responsable.

Este tipo de títulos suelen utilizarse para financiarse a corto plazo, por tanto su duración suele ser, como máximo, de año y medio.

Sin embargo, los pagarés de Nueva Rumasa se han destinado a financiar el crecimiento de la compañía, mediante la adquisición de empresas y con la promesa de obtener rentabilidades de entre el 8% y el 12% anual, en función de las diferentes emisiones.

Esta fórmula conlleva que, quienes hayan adquirido estos productos, confían en recibir esa rentabilidad anual y, al vencimiento del pagaré, recuperar el capital invertido, que era de 50.000 euros mínimo.

Algunos expertos apuntan que el hecho de ofrecer estas rentabilidades indica que Nueva Rumasa tenía cerrada la financiación bancaria y, por eso, intentaba financiarse con inversores a los que prometía rentabilidades muy oficiales al precio actual del dinero, que se sitúa en el mínimo histórico del 1%.

La situación de preconcurso es una amenaza para estos inversores, ya que si el hólding de Ruiz-Mateos no consigue sacar adelante las ampliaciones de capital por importe de 500 milones de euros que quiere llevar a cabo para recuperar la liquidez, los tenedores de pagarés pasarían a convertirse en acreedores de la empresa.

A diferencia de la Seguridad Social y la banca, estos inversores pasarían a convertirse en acreedores ordinarios y, por tanto, su derecho de cobro sería posterior al de las entidades citadas.

No obstante, si Nueva Rumasa consigue arreglar sus pagos en los cuatro meses de prórroga que ha conseguido, en principio, estos instrumentos no tendrían por qué ponerse en duda.

Por el momento, el hólding de José María Ruiz-Mateos asegura que siempre ha cumplido con sus obligaciones de pago -lleva emitiendo pagarés desde 1999- y que seguirá haciéndolo.

De hecho, su riesgo de impago es el mismo que el de cualquier otro pagaré y, sobre todo en la construcción, son muchos los clientes y proveedores que se han quedado sin cobrar estos títulos por los problemas de liquidez de la empresa que los había emitido.

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