Consumo andaluz inspecciona desde ahora el fenómeno de los cupones y las tarjetas regalo


La Consejería andaluza de Salud ha realizado un informe sobre el fenómeno de los cupones (couponing) y las tarjetas regalo, que en adelante serán también objetivo de las inspecciones regulares de Consumo.
Ya en noviembre, y con un informe del Instituto Nacional de Consumo (INC) elaborado en colaboración con las comunidades autónomas, la Consejería de Salud sancionó a una cadena de moda por vender tarjetas de regalo con fecha de caducidad.
Los servicios de inspección determinaron que es abusivo no devolver el dinero si caducan sin haber sido canjeadas, ya que en las condiciones de la tarjeta se indica que "no puede ser devuelta ni cambiada por dinero" y que las compras efectuadas "no son convertibles en dinero".
El informe entendía que no abonar el importe pagado por ese servicio supone la rescisión unilateral del contrato por parte de la empresa y el consumidor pierde el dinero sin haber obtenido una contraprestación a cambio.
Como recomendaciones en este sentido, Salud recuerda que es conveniente leer bien las condiciones de uso y conservar el tique de compra de la tarjeta regalo ya que, en caso de cambio o devolución, suele ser necesario presentarlo.
Si, en algún caso, se observa que incluyen la cláusula de caducidad, la consejera ha recomendado presentar una reclamación para que la administración tenga conocimiento del caso y pueda actuar.
En cuanto al "couponing", o compras con cupones descuentos a través de Internet, la Dirección General de Consumo ha elaborado un informe que pretende aclarar las principales dudas de los ciudadanos y que también va a servir de base a la hora de controlar estas páginas en las campañas de comercio electrónico.
El "couponing" es un fenómeno relativamente nuevo que permite aunar intereses de empresas y clientes de forma que unos venden más y otros compran con descuentos.
En conclusión, estos portales que prestan estos servicios de couponing no son simples intermediarios sin responsabilidad, ya que el usuario abona el importe de su compra directamente a ellos, que son quienes han negociado un paquete de productos o servicios previamente con la empresa o establecimiento en cuestión.
La gran duda de los consumidores es saber a quién reclamar si aparece algún problema.

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