Cuatro errores comunes que debes evitar al contratar un préstamo

Contratar un préstamos
Contratar un préstamos

Parece que 2018 es un año para la recuperación económica y, en consecuencia, hay un sensible crecimiento en la solicitud y concesión créditos bancarios. Así lo indican las tendencias de consumo que se deben, sobre todo, a la relajación de los criterios de aprobación de préstamos en España.

Es decir, resulta más sencillo acudir al banco y conseguir que te aprueben un préstamo que hace un años. Sin embargo, los consumidores, ¿hemos madurado lo suficiente en este tiempo para ser realmente conscientes de lo que firmamos? ¿Sabemos en qué debemos fijarnos al solicitar el préstamo? Todavía existen cuatro errores comunes que es necesario conocer y evitar antes de endeudarse con cualquier banco.

1. Desconocer los productos vinculados

Uno de los errores más comunes que se cometen a la hora de pedir un préstamo es firmar sin haber leído los productos que están vinculados al contrato. Los requisitos de contratación suelen ser variados: firmar un seguro, domiciliar la nómina, recibos cada mes, tarjetas de crédito…

2.Solicitar más dinero del que se necesita

Resulta fácil pecar de avaricioso y pedir más dinero del que realmente se ha calculado que hace falta. Ante esta situación es necesario reflexionar y estudiar cuál es la cantidad que se va a pedir y, sobre todo, para qué se va  a utilizar.

Seguramente las entidades bancarias o las de préstamo monetario nos ofrezcan más dinero con, aparentemente, condiciones parecidas, pero es necesario leer la letra pequeña, de esta forma, se descubrirá que realmente eso no es así.

3.No fijarse en el TAE

La Tasa Anual Equivalente (TAE) es el coste total de un préstamo para las condiciones concretas de nuestro caso particular y pone en valor el tipo de interés, gastos y comisiones del mismo. Este indicativo es clave a la hora de solicitar dinero a un banco y, sin embargo, muchas veces los solicitantes se fijan solo en el TIN.

4. Optar por plazos más largos

En un primer momento, elegir un plazo de devolución largo puede parecer una solución más sencilla y menos agobiante, ya que supone no tener que andar tan apretado a final de mes para devolver el dinero. Pero a la larga nos puede pasar factura llegando incluso a salir más caro.

Debemos ser conscientes de que, en cualquier situación, cuanto menos tiempo estemos endeudados mejor, ya que pagaremos menos intereses. A partir de ahí, es necesario hacer cálculos para encontrar un equilibrio entre estar muy ajustado mes a mes y pagar altos intereses por tener un gran plazo de devolución.

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