Tegucigalpa, 25 feb.- Alrededor de un centenar de teléfonos móviles, unas 200 armas blancas, muchas de fabricación casera, así como licor, droga y dinero fueron decomisados hoy en al menos seis cárceles de Honduras, informaron fuentes oficiales.
Las requisas de hoy en 23 de las 24 cárceles hondureñas involucraron a efectivos de la Policía Militar y forman parte de la Operación Morazán, que fue puesta en marcha por el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, tras ser juramentado el 27 de enero pasado, indicó a periodistas el portavoz de esa operación, Santos Nolasco.
Detalló que en la Penitenciaria Nacional, ubicada unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa, se decomisaron más de 40 teléfonos móviles, una docena de chips, 20 cargadores y al menos un centenar de armas blancas (punzones o cuchillos).
En la acción, los policías requisaron a los presos unos 230.000 lempiras en efectivo (más de 11.000 dólares), varias bolsas con marihuana, así como licor clandestino, agregó.
En la operación realizada en la cárcel de La Ceiba, en el Caribe hondureño, se incautaron más de 30 teléfonos móviles, un fusil Ak-47, y decenas de cuchillos, así como licor, detalló la misma fuente.
El comandante de la Policía Militar en el norte del país centroamericano, Germán Alfaro, precisó a periodistas que en el centro penal de San Pedro Sula se encontraron una docena de móviles y más de 40 cuchillos.
De acuerdo con Nolasco, la operación responde a las medidas que se han tomado para reforzar la seguridad de las cárceles y constatar el cumplimiento de una ordenanza gubernamental que obliga a las empresas que controlan la telefonía móvil en el país a bloquear las llamadas de celulares en los centros penales.
Nolasco dijo que fueron allanadas 23 de las 24 cárceles de Honduras, excepto el centro penal del departamento central de La Paz, donde se realiza una "investigación especial" por parte del Ministerio Público tras un incidente registrado el domingo que dejó un policía herido.
La fuente no dio más detalles sobre los decomisos.
A inicios de febrero, la Administración de Hernández ordenó el bloqueo de las llamadas por teléfono móvil desde y hacia las 24 cárceles del país, para frenar el accionar de las bandas criminales que operan en las prisiones.
Los presos hondureños mantienen comunicación permanente con cómplices en el exterior de las cárceles para, en muchos casos, ordenar acciones delictivas como asesinatos y extorsiones, según las autoridades.
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