Derrame petrolífero del Exxon Valdez "casi tan tóxico" hoy como hace 25 años

  • El tiempo, la Madre Naturaleza y 2.000 millones de dólares no han podido cerrar las heridas del derrame de crudo del buque Exxon Valdez en Alaska, que es hoy "casi tan tóxico" como poco después del desastre ocurrido el 24 de marzo de 1989.

Teresa Bouza

Washington, 20 mar.- El tiempo, la Madre Naturaleza y 2.000 millones de dólares no han podido cerrar las heridas del derrame de crudo del buque Exxon Valdez en Alaska, que es hoy "casi tan tóxico" como poco después del desastre ocurrido el 24 de marzo de 1989.

Así lo aseguraron hoy en rueda de prensa miembros de grupos medioambientales, pescadores de la zona de Alaska donde se produjo la tragedia ecológica y expertos en vertidos, en una valoración que coincide con la realizada por representantes del estado de Alaska y el Gobierno federal estadounidense.

"No lo hemos superado. El daño persiste de forma notable", dijo hoy en rueda de prensa, Rick Steiner, un experto en vertidos que ha trabajado en desastres ecológicos en todo el mundo.

"Lo que hemos aprendido 25 años después es que la herida persiste y que la mayoría de las poblaciones de peces, vida salvaje y hábitats no se han recuperado plenamente", añadió Steiner, quien subrayó que "nunca habrá una recuperación plena".

"Todo el dinero del mundo", afirmó el experto, "no puede arreglar el daño de un derrame", algo que es especialmente cierto en áreas con temperaturas gélidas como Alaska, que dificultan que el petróleo se disuelva y sea absorbido por las bacterias marinas.

En su opinión, el riesgo asociado a las explotaciones petrolíferas debería de llevar a prohibir esas operaciones en "preciosas áreas costeras" como el Océano Ártico.

Steiner lamentó que tragedias como la del Exxon Valdez o la ocurrida en 2010 en el Golfo de México tras la explosión de una plataforma petrolífera de BP no hayan servido para reconsiderar las políticas energéticas mundiales.

"Desde la tragedia del Exxon Valdez se ha consumido el doble de petróleo que el usado por toda la humanidad hasta entonces", dijo.

La percepción de expertos como Steiner sobre la situación de la zona afectada por el Exxon Valdez 25 años después coincide con la del Oil Spill Trustee Council, un organismo integrado por tres representantes del estado de Alaska y tres del Gobierno federal.

"Una de las revelaciones más sorprendentes de la investigación financiada por el Trustee Council en los últimos diez años es que la persistencia del petróleo (...) es casi tan tóxica como lo era en las primeras semanas tras el derrame", señala el organismo en su página web.

El desastre se produjo el 24 de marzo de 1989, cuando el buque Exxon Valdez encalló en la bahía del Príncipe Guillermo, en Alaska, tras lo que derramó al mar 257.000 barriles de crudo.

El vertido es el segundo mayor de la historia estadounidense, tras el que se produjo en el Golfo de México en 2010 a raíz de la explosión de una plataforma petrolífera operada por BP.

Un cuarto siglo después, y pese a los 2.000 millones de dólares gastados por Exxon Mobil para limpiar la zona, se ha recuperado menos del 7 % del crudo.

A eso se suma la prevista extinción de algunas especies, como las ballenas orcas AT1, una manada genéticamente exclusiva de Alaska llamada a desaparecer al haber muerto todas sus hembras.

"Nuestra forma de vida de pesca salvaje desapareció de la noche a la mañana", explicó hoy Dune Lankard, de la tribu indígena Eyak, quien se dedica a la pesca de subsistencia en Alaska.

El pescador aseguró que los bancos de salmones salvajes y arenques "nunca se han recuperado del todo" y lamentó el que "una parte del océano" muriese aquel fatídico Viernes Santo de 1989.

Los participantes en la rueda de prensa, en la que estuvieron también representantes de la organización ecologista Sierra Club, la Federación de las Tierras Salvajes de Alaska, el Programa para la Protección de las Tierras y la Asociación de Votantes Conservacionistas lamentaron los planes para la futura exploración del Océano Ártico.

Cindy Shogan, directora ejecutiva de la Federación de las Tierras Salvajes de Alaska, mencionó que los intentos fallidos de explotación de la petrolera Shell cerca de la isla de Kodiak, en Alaska, demuestran que "ninguna compañía está lista para realizar perforaciones en el duro e impredecible clima del Ártico".

Por su parte, Javier Sierra, portavoz del Sierra Club, criticó que Exxon Mobil solo haya pagado 500 millones de dólares a los pescadores y residentes de la zona, tras haber recurrido la sentencia inicial de 5.000 millones de dólares.

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