Echegoyen se despide con una de las mejores cifras de morosidad del sector

Lo mejor de su gestión ha sido su cruz. Jaime Echegoyen se despide hoy de Bankinter con unos resultados trimestrales que permiten al banco presumir de una envidiable solvencia, sobre todo, en el terreno de la morosidad, pero una progresiva pérdida de negocio.

Mientras muchos de sus competidores luchan por tapar los agujeros que los impagos de créditos les están generando, el banco naranja luce un ratio de morosidad del 2,77%, frente al 5,5% del sector, y más de un 70% de cobertura.

Además, Echegoyen presumirá hoy de no haber tenido que recurrir a las provisiones específicas, ni a las ventas dirigidas a conseguir resultados extraordinarios para mantenerse en órbita.

Al contrario, sus resultados son fruto del beneficio recurrente, en parte impulsado por Línea Directa, la filial que hasta ahora ha dirigido la nueva consejera delegada de Bankinter.

María Dolores Dancausa ha conseguido hacer crecer durante quince años los resultados de Línea Directa, gracias a una política mucho más agresiva, mucho más comercial y mucho más centrada en captar nuevos clientes e incrementar la rentabilidad. Dos de los puntos débiles de Bankinter.

Gestión de balance frente a expansión. En la primera gana Echegoyen, en la segunda Dancausa. Y la familia Botín ha decidido que sea la fémina quien tome la palabra.

El perfil más conservador del ya ex consejero delegado de Bankinter ha sido defenestrado ante las ansias de crecimiento de la entidad, acuciada por los nuevos requisitos que exige Basilea, y animada por el baile de operaciones que se prevé en la banca mediana.

Los resultados trimestrales son un ejemplo del talón de Aquiles de Echegoyen: el margen de intereses de Bankinter se ha situado en 439,80 millones de euros los nueve primeros meses del año, un 28,57% menos que en el mismo periodo de 2009, mientras que el margen bruto ascendió a 867,47 millones de euros, con un descenso del 7,93%.

Este cambio de estrategia está pilotado, directamente, por Jaime Botín, primer accionista de Bankinter. Tras haber pedido permiso al Banco de España para llegar hasta el 29,9% del capital, el banquero ha dado a su hijo Alfonso el mando para impulsar a la entidad, al haberle otorgado el poder ejecutivo sobre las unidades de estrategia y riesgos, unas áreas que dirigirá desde el sillón vicepresidencial.