Economista Daniel Cohen prevé una década perdida si no hay estímulo económico

  • El economista francés Daniel Cohen considera que Europa tiene que abandonar su obsesión por la reducción del déficit y adoptar políticas de estímulo económico si quiere evitar que países como España se vean abocados a una década perdida.

Matilde Martínez

Madrid, 23 jun.- El economista francés Daniel Cohen considera que Europa tiene que abandonar su obsesión por la reducción del déficit y adoptar políticas de estímulo económico si quiere evitar que países como España se vean abocados a una década perdida.

En una entrevista con Efe con motivo de la presentación de su último libro "Homo Economicus" (Editorial Ariel), Cohen insiste en que Europa tiene que cambiar el compás, dejar atrás "el fetiche" de un déficit por debajo del 3 % del PIB y diseñar políticas "mucho más racionales e inteligentes" destinadas a relanzar la economía.

Asegura que las instituciones europeas son las responsables de que la crisis se haya alargado y critica especialmente el papel jugado por el Banco Central Europeo (BCE), que tendría que haber intervenido antes para evitar la crisis de deuda soberana provocada por el contagio de la caída de Grecia.

La presión de los mercados fue la que puso a España hace un año al borde del rescate del país, posibilidad que Cohen cree que es mejor evitar visto lo "destructiva" que esta fórmula ha resultado para los países rescatados.

"Si España quiere mantener su independencia va a tener que hacer una cierta travesía del desierto en soledad", apunta el economista, que cree que pretender que el Gobierno español recorte el déficit más de dos puntos de aquí a 2015 tendría un efecto "explosivo", ya que restaría cerca de cuatro puntos porcentuales de crecimiento al PIB.

A su juicio, Bruselas debería guiarse por las cifras de déficit estructural, que en el caso español sería del entorno del 4 %, lo que revela una situación menos "catastrófica de como la pintan", lejos del "borde de la quiebra".

También considera un error que Europa quiera aplicar la austeridad a toda la zona del euro al mismo tiempo, ya que cree que países como Alemania o Francia, donde se ven señales más positivas, deberían "tirar" de otros países como España, cuyo crecimiento depende en buena medida de las exportaciones puesto que el consumo nacional está paralizado.

La falta de consumo en España está relacionada con la incertidumbre que genera en la sociedad una tasa de paro creciente que ya ha alcanzado al 27 % de la población activa, algo que Cohen rechaza que se pueda solucionar con una reforma laboral que abarate el despido, como ha propuesto el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Cohen cree que es necesario hacer cambios en el mercado laboral, pero entiende que hay que favorecer la flexibilidad "en el momento en que los empresarios tengan ganas de contratar y no cuando quieren echar a gente".

Como señala en su último libro, Europa está repitiendo los mismos errores de los años 30 en los que los esfuerzos por mantener la convertibilidad al oro obligaron a la misma austeridad que se está practicando hoy día.

En aquel momento acabó cayendo el patrón-oro, sin embargo, Cohen defiende que la crisis del euro se puede solucionar con políticas europeas encaminadas hacia un mayor federalismo y que han de pasar por la unión bancaria, entre otras cosas.

En su opinión, la crisis actual es también consecuencia de que la Unión Europea se haya fundado sobre cimientos estrictamente económicos, sin que se haya construido una auténtica "ciudadanía europea" que habría reaccionado ante la crisis con "un sentimiento de una comunidad conjunta" y de forma más solidaria.

Por el contrario, se ha llegado a una situación "en la que los griegos odian a los alemanes y viceversa", y en la que la ciudadanía de muchos países identifica Europa con el origen de sus padecimientos.

En este sentido, Cohen cree que es obligación de quienes gobiernan "garantizar un mínimo de estabilidad macroeconómica" para evitar tanto "sufrimiento inútil", aunque reconoce que el grado de felicidad de la población tiene más que ver con un trabajo individual y que ahí entra en juego la paradoja de que la riqueza no da la felicidad.

No obstante, en su libro invita a reflexionar sobre la necesidad de avanzar hacia un mundo menos competitivo y más cooperativo, "empezando por Europa", en el que las relaciones no se basen únicamente en criterios económicos.

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