La edad a la que deberías empezar a hablar de dinero con tus hijos

Educación financiera
Educación financiera

Hace escasos días, el Partido Popular anunció que una de las medidas que quiere sacar adelante en materia de educación es introducir por ley contenidos de cultura financiera en las aulas, para que desde los cinco años hasta completar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), los jóvenes reciban información económica "básica". 

En España hay alrededor de 466.000 jóvenes de 18 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La pregunta que surge, entonces, es sencilla: ¿cuántos de ellos han llegado a la mayoría de edad sabiendo administrar su dinero? ¿Tienen educación financiera suficiente nuestros hijos? La realidad es que si los comparamos con los estudiantes de otros países, los españoles no son los primeros de la clase. 

Según el informe PISA de 2015, el nivel de educación financiera de los jóvenes de 15 años en España está 12 puntos por debajo de la media internacional. 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), autores del informe PISA, considera que “las personas deben ser educadas acerca de los asuntos financieros lo antes posible”. Una opinión con la que coincide Unicef, que opina que si queremos una población educada que sea capaz de “tomar decisiones con conocimiento de causa”, debemos “promover la educación financiera y una cultura financiera positiva en los niños y los jóvenes”. La agencia internacional sostiene que se pueden introducir conceptos básicos como el valor del dinero o del ahorro antes, incluso, de los cinco años.

Retrasar la asignatura a los siete años es otra opción. Según el último estudio de la Universidad de Cambridge elaborado en 2013 referente a este tema. Cuando los niños cumplen los siete ya comprenden conceptos como dar y recibir y saben diferenciar entre deseo y necesidad. Sin embargo, la realidad es que solo cuatro de cada diez jóvenes de Educación Primaria hablan con sus progenitores sobre la importancia del ahorro, tal y como reveló en 2016 un estudio de la fundación Junior Achievement. 

La idea de que el dinero se obtiene a base de esfuerzo y de que es un recurso limitado, la diferenciación entre necesidades básicas y caprichos y la importancia de ahorrar son conceptos clave que podemos enseñar a los más pequeños de la casa de forma lúdica, afirman los expertos del comparador de productos financieros HelpMyCash.com. Poco a poco, podemos introducirles también la necesidad de comparar precios y de practicar un consumo responsable, así como explicar el papel de los bancos, añaden.

Herramientas para enseñar a los hijos

Si queremos que nuestros hijos aprendan a administrar su dinero, necesitarán dinero. Podemos encomendar a los más pequeños que realicen recados y trabajos domésticos sencillos a cambio de una suma simbólica. También podemos enseñarles a gestionar sus finanzas personales con la ayuda de una paga semanal, con la que podremos enseñarles conceptos como el ahorro a corto plazo y a largo plazo. 

Entre los 12 y los 16 años podemos introducir conceptos más complejos como la diferencia entre los productos financieros básicos, la inflación, la importancia de leer un contrato y, sobre todo, de no firmar nada que no hayamos entendido o el efecto de los impuestos sobre nuestras rentas. Asimismo, podría ser el momento de abrirle una cuenta a nuestro hijo.

Si enseñamos a nuestros hijos a usar una cuenta desde pequeños, crearemos un hábito de ahorro que, probablemente, se mantenga en la edad adulta, afirman los expertos de HelpMyCash.

Cuentas bancarias para los más pequeños

Contratar una cuenta bancaria para los hijos, no debería ser difícil. Casi la totalidad de los bancos españoles comercializan cuentas infantiles. Eso sí, si lo que queremos es una cuenta corriente que permita a nuestro hijo vivir una experiencia bancaria cercana a la de un adulto, la oferta es más limitada. El 80% de los bancos españoles ofrecen una tarjeta de débito o prepago para los jóvenes, contratable normalmente a partir de los 14 años, aunque en algunos casos la edad se reduce a los 12 y en otros aumenta a los 16, según un estudio elaborado por HelpMyCash.

Este tipo de cuentas o tarjetas (algunos bancos ofrecen solo tarjetas prepago a los menores) se abren casi siempre en una oficina y, por lo general, basta con que acuda uno de los padres (a veces también debe ir el niño) con su DNI, el DNI del menor y el libro de familia. Los padres aparecerán como representantes legales y el hijo, como titular de la cuenta.

Solo el 60% de los bancos permiten a los niños acceder a la banca online, lo que limita el efecto didáctico de estos productos. A través de la app o del ordenador, pueden revisar los movimientos de sus cuentas y tarjetas, lo que les ayuda a saber cuánto dinero han ahorrado, cuánto han gastado y dónde. Una herramienta útil para que aprendan a relacionarse con los bancos. Eso sí, se trata de una opción meramente consultiva, ya que no pueden operar (hacer transferencias, contratar otros productos, etc.).

Si queremos, incluso, podemos ir un paso más allá y hablar sobre inversión, bolsa y acciones cuando nuestros hijos tengan alrededor de 15 o 16 años. El portal estadounidense de educación financiera Banzai señala que “las acciones son fáciles de explicar y puede ser divertido monitorizarlas, especialmente si comienzas con compañías que fabrican productos que tus hijos tienen en alta estima, como sus cereales favoritos, equipos deportivos, refrescos o productos digitales”. Podemos analizar el comportamiento de una cesta de acciones atractiva para nuestros hijos usando un sencillo bloc de notas, una plantilla de Excel o creando un portfolio en una web, sin necesidad de invertir dinero realmente.

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