Soy joven mileurista y quiero dinero extra: las inversiones más rentables

Fotografía de billetes de 50 euros.
Fotografía de billetes de 50 euros.
Pxhere.

Joven, menor de 30 años, con estudios superiores y una antigüedad en su puesto de trabajo de menos de dos años. Este es, en buena medida, el perfil de mileurista que se repite en nuestro país. Aunque se tiene la concepción de que tener un salario bajo e invertir en bolsa no es compatible, lo cierto es que con la llegada de las nuevas tecnologías y los diferentes métodos de inversión, los mercados están al alcance de todos, tanto de pequeños como de grandes ahorradores.

En la actualidad es posible encontrar para cada tipo de perfil un producto de inversión con el que poder rentabilizar nuestro dinero. Eso sí, es necesario saber cómo y dónde encontrar esos productos y, sobre todo, acertar a la hora de elegir para no sacrificar nuestros ahorros. Aunque lo recomendable en estos casos es contar con la ayuda de un asesor financiero, existen varias opciones de inversión a las que es posible recurrir.

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Cuentas remuneradas, para el corto plazo y con poco riesgo

Si lo que se busca es mantener los ahorros en el tiempo y que no se vean afectados por la inflación, una de las mejores alternativas son las cuentas remuneradas, que, además, no implican riesgos. Eso sí, se trata de una opción que generará un pequeño rendimiento y solo a corto plazo.

Las entidades bancarias suelen tener promociones con las que ofrecen remuneraciones que pueden llegar hasta el 5% TAE (como las cuentas remuneradas de CaixaBank, Ibercaja o Bankinter), por un periodo de entre 12 y 24 meses, y con un saldo máximo a remunerar (entre 5.000 y 15.000 euros aproximadamente). Con este tipo de productos se podría llegar a obtener, en el mejor de los casos, en torno a los 500 euros de beneficio si se cumplen requisitos. 

Fondos de inversión indexados, una de las opciones más baratas

Los fondos de inversión son una de las opciones más interesantes para todo tipo de perfil, ya que permiten tener una cartera compuesta por activos que pertenecen a lugares y sectores diferentes. Dentro de los fondos, una de las alternativas que está en pleno auge es la de los fondos indexados, que replican el comportamiento de un índice concreto (el Ibex 35, el S&P500…).

Su popularidad se debe precisamente al ahorro de costes, ya que las comisiones por contratar este tipo de productos son mucho más reducidas respecto a los fondos de inversión tradicionales que requieren una gestión activa. En la actualidad, la forma más sencilla y barata de contratar fondos indexados es a través de roboadvisors (también conocidos como gestores automatizados). Algunos de ellos permiten invertir desde 500 euros.  

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Acciones de bolsa: y si es con dividendos, mejor

Para quienes quieran asumir un mayor riesgo a cambio de más rentabilidad, las acciones de bolsa son la opción más interesante. No obstante, también implican mayor volatilidad y facilidad para sufrir pérdidas si no se tienen los conocimientos suficientes. En estos casos, además de analizar y estudiar los activos en los que se quiera invertir, la mejor opción será diversificar y adquirir acciones de diferentes compañías con aportaciones periódicas a largo plazo.

Además, si se quiere sacar el máximo partido a la inversión en bolsa será interesante tener en cuenta los dividendos, ya que muchas compañías premian a sus accionistas con retribuciones periódicas a lo largo del año y, dependiendo de la empresa, este pago será mayor o menor. Eso sí, los expertos coinciden en que invertir en valores fijándose únicamente en el pago del dividendo no es la opción más adecuada, ya que hay que analizar primero que el negocio en el que se deposita el dinero sea sostenible y rentable en el tiempo. Actualmente, invertir en bolsa está al alcance de cualquier ahorrador a través de los brókers online, ya que sus comisiones son mucho más bajas si se comparan con las de la banca tradicional.

Start-ups, rentabilidad no exenta de riesgos

Si la idea de apoyar nuevos proyectos y negocios nos resulta atractiva, una de las opciones puede ser la de invertir en start-ups. Mediante esta modalidad es posible aportar financiación a un negocio de reciente creación de manera colectiva y obtener un beneficio por ello en forma de dividendos. Algunas de las plataformas más conocidas son Crowdcube, Indiegogo o Kickstarter.

A todas estas se puede acceder con la cantidad que cada ahorrador quiera aportar en el proyecto. Aunque si se elige bien la inversión puede ofrecer retornos interesantes (empresas como, por ejemplo, Revolut solicitaron en sus inicios financiación a través de crowdfunding en este tipo de plataformas), existen riesgos importantes, ya que no todos los negocios a los que se les da financiación acaban triunfando. Además, se trata de inversiones poco líquidas, que no se pueden recuperar de inmediato, ya que vender las participaciones de crowdfunding llevará mucho más tiempo que vender, por ejemplo, acciones en el mercado bursátil.

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