El banco malo retrasa hasta febrero la entrada de fondos extranjeros en su capital

    • El Gobierno inicia hoy un plan de acción con cinco bancos de inversión para organizar la entrada de inversores extranjeros.
    • En principio, la idea es que los estos accionistas carezcan de representación en el consejo del banco malo.
La gran banca permite el arranque del banco malo y las subastas de entidades
La gran banca permite el arranque del banco malo y las subastas de entidades
Ruth Ugalde

Este lunes, el Gobiermo comienza lo que ha denominado un plan de acción con cinco bancos de inversión para sistematizar y optimizar todos los contactos que está teniendo con inversores extranjeros para darles entrada en el banco malo.

Y es que, según fuentes del Ministerio de Economía, existe un gran interés foráneo por la bautizada como Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Tanto, que los primeros espadas del FROB se han reunido ya con todos los grandes fondos de inversión internacionales.

Sin embargo, estos contactos parece que no terminan de cuajar y, además, los intereses de una y otra parte difieren en algunos puntos. De ahí que el Ejecutivo haya decidido organizar mejor esta posible entrada de dinero.

El interés de los fondos extranjeros por el banco malo se resume en el hecho de que la venta de los entre 60.000 y 65.000 millones de euros en activos que tendrá esta sociedad se convertirá en una de las operaciones inmobiliarias más importantes a nivel europeo.

Y qué mejor forma de tener información de primera mano que siendo accionista.

Accionistra, sí. Consejero, no

El problema es que Economía tampoco quiere perder el control de la sociedad, ni que haya demasiados accionistas conocedores de los detalles de un banco malo del que depende gran parte de la recuperación económica del país.

Sobre todo, cuando esos mismos fondos están interesados en adquirir los activos que Sareb irá poniendo a la venta durante los próximos 15 años.

De ahí que el objetivo del Gobierno sea tomarse con mayor tranquilidad la entrada de estos inversores, por una parte, y por otra, limitar su poder al de ser accionista, es decir, no dándoles entrada en el Consejo de Administración del banco malo, que es donde se toman las decisiones realmente estratégicas y confidenciales.

Para conseguir este objetivo, juegan con el menor peso accionarial que tendrán frente a otros inversores, y al limitado número de sillones, muchos de los cuales ya tienen dueño.

De los 15 administradores que tendrá como máximo Sareb, un tercio serán independientes; cuatro serán nombrados por el FROB, mayor accionista individual; otros dos correspondoran a Belén Romana y Walter de Luna, presidenta ejecutiva y director general del banco malo; y los cuatro restantes se deberán repartir entre los accionistas.

Pero aquí es donde se juega la baza de que el capital español será muy superior al extranjero, el doble, con lo cual prácticamente tienen garantizados estos representantes.

Febrero, fecha límite

No obsante, el plazo para negociar y conseguir consensuar posiciones apenas es de tres meses, ya que éstos inversores deberán estar para la ampliación de capital que se llevará a cabo en la segunda fase de traspase de activos.

La primera será antes de concluir diciembre, cuando las cuatro entidades nacionalizadas -Bankia, Catalunya Banc, Banco de Valencia y NCG Banco- inyectarán unos 45.000 millones de euros en activos.

Para entonces, el Gobierno prevé tener cerrada la entrada de inversores españoles -por el momento está prácticamente confirmada la participación de Santander, Sabadell y CaixaBank-. Ellos, junto al FROB, aportarán el 8% del capital que tendrá inicialmente Sareb y que ascenderá a 3.900 millones.

De esta cantidad, los bancos y las aseguradoras nacionales aportarán 2.200 millones; mientras que el Estado pondrá los 1.700 millones restantes.

En la segunda fase, cuando se transfieran los activos de Ceiss (Caja España-Duero), BMN, Caja3 y Liberbank, entrarán los fondos extranjeros, con una aportación que rondará los 1.100 millones.

Con esta segunda inyección, el Gobierno espera lograr que el capital de la sociedad ronde el 10% que dijo incialmente y, además, conseguir un mayor reconocimiento fuera de nuestras fronteras para uno de sus proyectos estrella.

No obstante, esos 5.000 millones que se inyectarán entre la primera y la segunda fase no serán en dinero contante y sonante. Sólo una cuarta parte será efectivo (1.000 millones), mientras que los 4.000 restantes serán deuda subordinada.

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