El barco reconvertido en obra de arte por Joana Vasconcelos regresa a Lisboa

  • El navío de 28 metros de eslora que fue reconvertido por la artista portuguesa Joana Vasconcelos en una obra de arte flotante regresa a partir de hoy a Lisboa, donde recorrerá el río Tajo como nueva atracción turística de la capital lusa.

Lisboa, 25 abr.- El navío de 28 metros de eslora que fue reconvertido por la artista portuguesa Joana Vasconcelos en una obra de arte flotante regresa a partir de hoy a Lisboa, donde recorrerá el río Tajo como nueva atracción turística de la capital lusa.

La embarcación fue la sede del pabellón de Portugal durante la Bienal de Venecia celebrada en 2013, y durante siete meses surcó las aguas de la conocida ciudad italiana, período en el que transportó a más de 100.000 personas.

Revestido su exterior con azulejos de motivos que recuerdan la historia de la Ribera del Tajo, en el camarote interior se esconde el espacio más sorprendente.

Un espacio diáfano, todo cubierto de terciopelo azul, acoge un juego de luces LED que cambian de intensidad, en una referencia de la artista al fondo del mar.

El proyecto "Trafaria Praia" es una reflexión entre el agua, la navegación y los navíos, puntos de conexión entre Lisboa y Venecia, según la propia autora.

La embarcación transformada ahora en obra de arte conectó durante años el centro de la capital lusa con las ciudades de la margen sur del río, tradicionalmente de carácter obrero.

Hoy mismo volvió a las aguas del Tajo para llevar a los turistas desde el puerto de Cais de Sodré hasta el puente 25 de Abril -construido a imagen y semejanza del de San Francisco-, en un recorrido de aproximadamente treinta minutos.

A la inauguración de esta nueva atracción turística, puesta en marcha por la empresa Douro Azul, asistieron tanto Vasconcelos como diferentes autoridades políticas y culturales del país.

El acto tuvo un carácter festivo, dado que Portugal celebró hoy el 40 aniversario de la Revolución de los Claveles, el levantamiento militar que puso fin a la dictadura y facilitó la llegada de la democracia al país.

De hecho, además de los claveles que muchos de los asistentes llevaban en la solapa y que también decoraban el navío, nada más iniciar el viaje sonó una de las músicas claves de dicha Revolución, "Grândola, Vila Morena", utilizada hace cuatro décadas como contraseña entre los militares para dar inicio al golpe.

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