Se disparan los cereales

El campo hace caja con la escalada de precios que acarrea la crisis de Ucrania

Los agricultores y los operadores del mercado esperan que las subidas del orden del 90% en trigo, cebada y maíz en los últimos doce meses aguanten hasta la cosecha de 2022 y mantengan sus ingresos al alza.

El Gobierno introduce modificaciones técnicas en la norma de calidad del trigo
El campo hace caja con la escalada de precios que acarrea la crisis de Ucrania.
L. I.

El mercado de los cereales y de algunos productos básicos del campo, como el aceite de oliva, está convulsionado en España con unos precios en origen que llegan a duplicar los de la campaña pasada y no dan visos de que vayan a bajar en los próximos meses, a la vista de que la producción de Ucrania se da por perdida y la demanda sigue siendo más fuerte que la oferta en los mercados internacionales. En el caso de la cebada, el trigo (duro y blando) y el maíz, los datos del Ministerio de Agricultura de las once primeras semanas del año marcan subidas que van del 70% al 90%, casi el doble que hace doce meses, lo que supone un fuerte incremento de renta para los agricultores que han guardado la cosecha y se disponen a venderla ahora, en los momentos de mayor escasez.

Nadie esperaba el año pasado por estas fechas que la cebada, el trigo o el maíz se pagaran a mucho más de 25 céntimos el kilo. Muchos agricultores incluso vendieron a medida que ese precio se acercaba a los 30 céntimos, seguros de que era una rentabilidad muy buena para su cosecha, que además había tenido un rendimiento por hectárea muy alto. Pero lo que no se esperaba, ni entre los productores ni entre los mayoristas que almacenan y venden la mercancía a la industria de productos elaborados (cerveza, pan, levaduras, etc…) era llegar a la primavera con cotizaciones muy cercanas a los 50 céntimos.

Las producciones cerealistas de Rusia y Ucrania siempre han marcado el paso de la cotización internacional de estos productos y el conflicto entre ambos países mantiene la incertidumbre sobre la capacidad de abastecer la demanda mundial y, con ello, los precios elevados. Fuentes del mercado aseguran que, a pesar de todo, Moscú sigue abasteciendo de cereales a sus clientes más importantes, como China y los países del Magreb, de forma que todas las incógnitas caen, por el momento, sobre el conflicto ucraniano y cuanto tiempo mantendrá bajó mínimos la cosecha de este país.

Si bien el mercado de los cereales lleva varios años en tensión, el índice de los precios de los alimentos de la FAO ha confirmado el fuerte repunte que se ha dado en los productos básicos de cereales, aceites vegetales y carne en los tres primeros meses del año, al hilo del conflicto ucraniano. Su estimación advierte subidas a nivel mundial del orden del 19% para el trigo y el maíz en solo un mes, que se traducen en un 27% para la cebada y generan aumentos en otros productos derivados entre febrero y marzo. Esta tendencia y las previsiones de que el conflicto con Ucrania perdure o se enquiste, hace que los operadores mayoristas del mercado auguren un nivel similar de precios al actual para la campaña de 2022, lo que se traducirá en mayores ingresos para la agricultura y subida generalizada en todos los productos derivados de la cadena alimentaria.

Aunque el caso de los cereales sea el más importante para el sector, los precios del campo también se han disparado en otros segmentos, como el del aceite de oliva y algunos cítricos. El ‘oro verde’ español se ha colocado en doce meses un 40% más caro y frutas como las clementinas cuestan en abril un precio medio que está un 16% por encima de hace un año o un 20% más que en la media de las últimas cinco campañas. Incluso el arroz sufre subidas interanuales del 15%. 

Si hacemos caso al índice de precios de la FAO, los aceites vegetales que cotizan a nivel internacional también se han visto arrastrados por las subidas, en este caso por la falta de aceite de girasol, del que Ucrania es uno de los grandes productores, y que junto con la soja, la colza y la palma, se ha disparado en marzo un 24,5% sobre el mes anterior, algo insólito en este mercado.

Inflación y costes

Si todo ocurre como está previsto, el incremento de precios en origen de los productos básicos del campo servirá para que el sector afronte la fuerte subida de los costes de los carburantes, que se ha doblado, o de productos derivados como los pesticidas, los plásticos, las semillas o los fertilizantes que acumulaban aumentos superiores al 150% en esta campaña. Incluso con los precios de los cereales o el aceite disparados como hasta ahora, muchos productores podrán tratar y almacenar sus cosechas y sacarlas al mercado de forma progresiva, en los momentos de mayor demanda y cotización, algo que hasta ahora apenas han podido hacer.

Al albur de lo que ocurra en los grandes mercados internacionales de cereales y alimentos básicos, la evolución al alza que sufren los precios del campo arrastra incrementos adicionales en casi todos los órdenes del consumo -pescado y carne suben también-, y amenaza ya con una primavera caliente y muy costosa para los hogares. Si hacemos caso a los datos del Índice de Precios al Consumo, los cereales y sus derivados sufren una inflación de precios del 8,2%, solo superada en ese capítulo por el 28% que se ha acumulado en el caso del aceite de oliva y muy cerca del 6,2% de la fruta fresca. 

Mostrar comentarios