Lisboa, 10 jul.- Las irregularidades financieras detectadas en el grupo al que pertenece el Banco Espírito Santo (BES) enfrentaron hoy a los partidos de la oposición de izquierdas y del Gobierno conservador en el Parlamento portugués.
El tono de las acusaciones políticas aumentó en la cámara ante la inestabilidad financiera creada en Portugal tras la suspensión de la cotización del BES y su principal accionista, el Espírito Santo Financial Grupo (ESFG), en la Bolsa de Lisboa.
Los partidos más a la izquierda, el Bloque de Izquierdas (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP), acusaron al Gobierno luso y al Banco de Portugal (BdP) de falta de supervisión sobre la entidad privada y de poner en peligro el sistema financiero portugués.
Por su parte, el principal partido de la oposición, el Socialista (PS), pidió aclaraciones al Ejecutivo, mientras que el gobernante Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) defendió una mayor "serenidad" en el debate.
El diputado del BE Pedro Filipe Soares denunció la "proximidad promiscua (del grupo financiero) al poder político" y la inoperancia del Banco de Portugal (BdP).
"No vemos normal que se acumulen agujeros financieros. Hay una actividad que puede destruir el sistema financiero portugués", alertó el representante del cuarto grupo parlamentario luso.
El portavoz de los socialistas, Joao Galamba, exigió la comparecencia en el Parlamento del presidente del BdP y de la ministra de Finanzas, Maria Luis Albuquerque, para prestar aclaraciones.
Al mismo tiempo, Galamba consideró que "hay diferencias" entre el BES y el Grupo Espírito Santo, ya que la exposición del banco al grupo es "diminuta", por lo que pidió a los partidos "moderación" y "no alimentar" la "espiral" de inestabilidad financiera.
El portavoz del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), Duarte Pacheco, apeló a la calma en el debate político e instó a los partidos a no causar "confusión" en la opinión pública con sus acusaciones.
Según el parlamentario, el PSD rechaza la "promiscuidad" entre el poder político y el financiero, y los miembros del Gobierno llamados a la Cámara intervendrán la próxima semana.
Por su parte, el diputado comunista Paulo Sá (PCP) comparó las irregularidades del grupo del BES con el caso del Banco Portugués de Negócios (BPN), que fue nacionalizado en 2008 por riesgo de quiebra.
Sá acusó al Gobierno de Pedro Passos Coelho de desistir en sus funciones al dejar que la situación empeore y exigió una intervención directa sobre el grupo para que los contribuyentes "no paguen en el futuro los prejuicios del banco".
El Grupo Espírito Santo (GES) se enfrenta a un momento delicado por las irregularidades contables detectadas en una de sus filiales y la supuesta exposición de su deuda sobre otras partes financieras del grupo, como el Espírito Santo Internacional Financial Group (ESFG) y el BES, el mayor banco en activos de Portugal.
La agencia de calificación de riesgo Moody's bajó el miércoles tres escalones la nota del ESFG, hasta la categoría "Caa2" que implica una alta probabilidad de impago.
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