El consejero delegado de Finnair dimite entre elogios y escándalos

  • El consejero delegado de la aerolínea finlandesa Finnair, Mika Vehviläinen, anunció hoy su dimisión después de tres años al frente de la compañía estatal, un periodo marcado por los elogios a su gestión pero también por dos sonados escándalos.

Helsinki, 28 ene.- El consejero delegado de la aerolínea finlandesa Finnair, Mika Vehviläinen, anunció hoy su dimisión después de tres años al frente de la compañía estatal, un periodo marcado por los elogios a su gestión pero también por dos sonados escándalos.

Vehviläinen, antiguo directivo de Nokia y Nokia Siemens Networks, dejará su puesto el 28 de febrero para convertirse en el nuevo consejero delegado de Cargotec, una compañía finlandesa dedicada a la fabricación de equipos de carga para mercancías.

Tras su llegada a Finnair a principios de 2010, Vehviläinen puso en marcha un ambicioso programa de ahorro destinado a recortar los costes operativos de la compañía y mejorar su rentabilidad.

Este programa, que incluía entre otras medidas una reducción de la plantilla, recortes salariales y el traspaso de un tercio de sus vuelos europeos a la aerolínea Flybe, permitió a Finnair volver a registrar ganancias en los nueve primeros meses de 2012 después de cuatro años consecutivos acumulando pérdidas.

"Mika ha demostrado ser un firme líder de cambio que ha desarrollado de forma decidida a Finnair para lograr que sea una empresa viable en plena transformación de la industria aeronáutica", afirmó en un comunicado Harri Sailas, presidente del consejo de administración de Finnair.

Sin embargo, el mandato de Vehviläinen estuvo ensombrecido por dos escándalos que, si bien no tuvieron consecuencias penales, pusieron en entredicho la ética empresarial de las compañías públicas finlandesas.

El primero tuvo lugar a principios de 2012, cuando la prensa local desveló que el consejo de administración de Finnair había aprobado en secreto dos años antes el pago de sobresueldos a 18 directivos de la empresa.

Los ejecutivos cobraron una media de 154.000 euros adicionales cada uno a cambio de seguir en sus puestos hasta febrero de 2011, algo que la compañía no reveló para no entorpecer las negociaciones con los trabajadores, a quienes al mismo tiempo se exigió un recorte salarial a fin de asegurar la viabilidad de la aerolínea.

El escándalo supuso la destitución inmediata de los seis miembros del consejo de administración de Finnair que votaron a favor de autorizar el reparto secreto de sobresueldos por la "falta de transparencia exigible a las compañías públicas".

Pocos meses después salió a la luz que Vehviläinen había vendido su lujosa vivienda en pleno centro de Helsinki en condiciones muy ventajosas al fondo de pensiones Ilmarinen, uno de los principales accionistas de Finnair.

El consejero delegado de Ilmarinen es precisamente Harri Sailas, el actual presidente del consejo de administración de Finnair.

Según medios locales, Vehviläinen ganó cerca de 650.000 euros brutos con la operación y pudo seguir viviendo como inquilino en el mismo piso, ya que Finnair empezó a pagar los 6.800 euros mensuales del alquiler.

El fiscal del Estado investigó el caso pero finalmente no presentó cargos contra Vehviläinen, Sailas ni ningún otro implicado porque, a su entender, la operación se realizó con pleno conocimiento de la junta directiva de Finnair.

"He aprendido por las malas que no es suficiente cumplir la ley, sino que uno debe considerar también las cuestiones éticas y cómo la gente puede interpretar las cosas", afirmó entonces Vehviläinen.

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