El decretazo de Salgado pone en duda hasta la solvencia de La Caixa

  • La caja presidida por Isidro Fainé es la entidad, entre las grandes del país, con mejores ratios de solvencia, por encima de Santander y BBVA. Sin embargo, los nuevos requisitos de capital que quieren imponer Economía y el Banco de España ponen en jaque hasta la estabilidad de La Caixa.
Ruth Ugalde
Ruth Ugalde

La ministra de Economía, Elena Salgado, ha hecho temblar los cimientos de todo el sector de cajas esta mañana, cuando ha anunciado que se les exigirá un ratio de capital (core capital) de entre el 9% y el 10%, frente al 8% que se va a pedir a los bancos.

Esta estricta exigencia pone en duda hasta la solvencia de La Caixa, la entidad más saneada de entre los grandes del país, por encima de Santander y BBVA.

Al cierre del tercer trimestre, último periodo con cifras oficiales, la caja presidida por Isidro Fainé presumía de tener un core capital del 8,7%, frente al 8,5% y el 8,2% del primer y segundo banco de España, respectivamente.

Para no estar en desventaja respecto a los bancos, La Caixa, como el resto de su sector, debería modificar su naturaleza para comulgar con las nuevas reglas de juego que quieren imponer el Ministerio de Economía y el Banco de España.

Éstas permitirán a las cajas ser cortadas por el mismo rasero que los bancos (un core capital del 8%) siempre que salgan a bolsa, tengan un peso significativo de inversores privados y su exposición al mercado mayorista sea inferior al 20% de sus activos.

Desde la cartera dirigida por Elena Salgada indican que cada caso se analizará individualmente y que, para permitir a las cajas jugar con las mismas reglas de juego que los bancos, se tendrá en cuenta una ponderación de los tres puntos citados en el párrafo anterior.

En cualquier caso, para La Caixa, esta noticia puede significar su conversión definitiva en un banco, para así poder cotizar en bolsa, tener presencia de inversores privados y poder conformarse con un core capital del 8%.

La entidad catalana ya tiene todos sus estatutos adaptados a la nueva Ley de Cajas y, por tanto, la maquinaria lista para convertirse en banco. Sin embargo, lo saludable sería que una transformación de este tipo pudiera llevarla a cabo cuando la caja considerara conveniente, y no cuando puedan llegar a imponérselo.

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