El empresario de un local de ocio de Barcelona inicia una huelga de hambre por precintarle el negocio

  • El empresario de un local de ocio nocturno de Barcelona, situado en la calle Tossa, inició hoy una huelga de hambre después de que el Ayuntamiento de Barcelona le haya precintado su negocio, a raíz de una denuncia de los vecinos por exceso de ruido, quienes más tarde no dejaron a los técnicos entrar a sus casas para comprobar los niveles, según informó hoy en un comunicado la Federació Catalana d'Associacions d'Activitats Recreatives Musicals (Fecasarm).

BARCELONA, 20 (EUROPA PRESS) El empresario de un local de ocio nocturno de Barcelona, situado en la calle Tossa, inició hoy una huelga de hambre después de que el Ayuntamiento de Barcelona le haya precintado su negocio, a raíz de una denuncia de los vecinos por exceso de ruido, quienes más tarde no dejaron a los técnicos entrar a sus casas para comprobar los niveles, según informó hoy en un comunicado la Federació Catalana d'Associacions d'Activitats Recreatives Musicals (Fecasarm). El dueño del local reclamó ante el juzgado los daños causados por la demora en la comprobación, ya que tuvo que cerrar a las 22.00 horas cerca de cinco años --los hechos se remontan a 2004-- por la oposición "injustificada" de los vecinos a permitir el acceso a sus domicilios. El consistorio, según explica la Fecasarm, precintó el local en base a una sentencia dictada por el Juzgado Contencioso número 6 de Barcelona que confirmaba una sanción interpuesta por el Consistorio anteriormente, pero que "no es firme" ya que el afectado interpuso hoy mismo un recurso de apelación contra la misma, y le entregó copia al Ayuntamiento. La Fecasarm contrastó la "celeridad" de la administración local para ejecutar la sentencia con la "lentitud" con la que actuó cuando tenía que entrar a casa de los vecinos para comprobar el ruido. Según la organización, el local trabajó para solventar el problema y poder recuperar su horario normal, pero un vecino se negó hasta en seis ocasiones a permitir la entrada de los técnicos acústicos. No fue hasta el 16 de octubre de 2007 que estos pudieron acceder a la vivienda y sólo después de que el Ayuntamiento de Barcelona pidiese una orden judicial para poder hacerlo.

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